Desde hoy el cielo brilla más y es que ahí se encuentra MaryFer, ella estaba preparada para lo que viniera, Dios habitaba en su corazón pero su voluntad fue otra. Familiares y amigos acudieron a su funeral, no le dieron un “adiós”, sino un “hasta luego”, porque creen en la vida eterna y creen que un día volverán a verla.
“Fue la voluntad de Dios que ella se fuera con él, me prestaron una joya que presumí por todos lados, pero en el momento menos esperado llegó el dueño y se la llevó”, comentó Jorge Flores, padre de MaryFer,
El funeral se realizó en la capilla Marsan en donde se reunió mucha gente para acompañar a la familia en este momento tan doloroso, hubo muchos jovencitos que lloraron pérdida de una gran guerrera.
Fue un 22 de julio del 2003 cuando María Fernanda nació, sus padres eran los más felices porque era la primera hija y tenía un gran propósito, ella dejó una enseñanza y es que el amor une a la gente.
María Fernanda Flores Gutiérrez tenía 18 años de edad cuando falleció tras haber ingresado al hospital Christus Muguerza en Monterrey Nuevo León, esto luego de una infección en el pulmón izquierdo.
Ella nació con fibrosis quística por lo que a la edad de 10 años, en el 2014, recibió un trasplante de lóbulo pulmonar, esto le permitió gozar de la vida durante ocho años.
Los problemas de salud resurgieron el 28 de abril cuando se le aplicó la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19, pues precisamente por el trasplante era vulnerable y por ello se le aplicó la dosis.
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Su pulmón izquierdo empezó a deteriorarse muy pronto al grado de que los médicos pidieron colocarla en la lista de espera para la donación de un pulmón, el pasado domingo tuvo una crisis y tuvo que ser intubada el domingo alrededor de las 11:00 de la noche.
El lunes a las 11:01 AM entró un mensaje al grupo familiar, con las palabras “Ya estoy bien, no se preocupen”, pero en ese momento, Jorge Flores tenía el celular en la bolsa de su camisa.
“¿De dónde llegó? no sabemos, puede ser que a lo mejor pensó en enviarlo y guardo su teléfono pero se envió hasta el lunes”.
El miércoles el médico les informó que si ella no mejoraba se preparan para lo peor, el jueves por la mañana les permitió que entrara toda la familia, sabían que cuando dicen eso es porque se acerca la muerte.
Sus padres y su hermana Regina, empezaron a clamar a Dios, a cantarle, hablarle y decirle que se fuera y descansara en paz, pero Fer seguía aferrándose a la vida.
“Le marqué a mi hermano, le dije que me trajera a “Pato”, porque Fer ya está en su fase terminal, ellos llegaron a Monterrey y poco después que llegó su novio, mija murió, solo estaba esperándolo, fue tan emotivo, tan hermoso, un amor tan puro, que él le decía siempre serás el amor de mi vida, estoy contigo mi amor, yo creo que jamás había visto un amor tan puro y tan lindo”, comentó llorando el padre de la joven.
“Mi esposa es la mejor madre, luchó hasta donde no, investigaba tratamientos, cosas y más cosas, mi hija Regina también fue una guerrera, siempre estuvo con nosotros de hospital en hospital”, comentó el padre de Fer.
Agradeció los donativos, fue impresionante como llegaba notificación de depósitos a las cuentas bancarias de 20, 500, 5 mil, 20 mil, 150 mil y hasta 500 mil pesos de donaciones, de todos los niveles de la sociedad, todos unidos por una misma causa.
La recordarán como era, alegre, contenta, feliz, su cuerpo fue cremado, cuando llegaron al hospital su padre le dijo, venimos todos juntos y así nos vamos a regresar Fer, por ello cuando le entregaron las cenizas fue lo primero que hizo, llegaron todos juntos a su domicilio.
