Clarisa C' fue vinculada a proceso penal por el delito de robo en cuantía mayor agravado por falta de confianza y cometido en establecimiento de servicio al público, tras ser señalada como presunta responsable del hurto de 1.5 millones de pesos de una habitación del hotel Holiday Inn en esta ciudad.
La imputada, representada por el abogado Armando Hernández Molina, compareció por primera vez ante el juez Oscar Cadena en audiencia celebrada de forma virtual. La diligencia se realizó tras haberse girado una orden de aprehensión en su contra, misma que no fue ejecutada debido a que Clarisa promovió un amparo y se puso voluntariamente a disposición del juez.
De acuerdo con el Ministerio Público, los hechos ocurrieron entre el 5 y 6 de julio, cuando Carlos Alberto N y su hijo, Carlos Junior, se hospedaron en la habitación 237 del hotel, tras haber cerrado una operación inmobiliaria por 6.5 millones de pesos de un terreno en Saltillo. El dinero, recibido en efectivo y guardado en una maleta con candado, fue trasladado a la habitación del hotel y resguardado detrás de un sillón de la misma habitación.
Durante el día, ambos salieron del hotel en distintos momentos, incluso estuvieron conviviendo en la alberca del hotel con amigos de Junior, más tarde asistieron a la feria de San Buenaventura, regresaron hasta la madrugada del 6 de julio y estuvieron gran parte del día descansando. Al salir del hotel se fueron a Saltillo, pero no descargaron las maletas porque llovió mucho y las calles estaban inundadas, ellos aseguran que el vehículo permaneció cerrado.
Fue hasta las 22:00 horas que Carlos Junior bajó las maletas, notaron que la maleta del dinero pesaba menos; al revisarla, encontraron el cierre dañado y confirmaron el robo de 15 fajos de billetes de mil pesos, es decir, el 1.5 millones de pesos.
Al día siguiente, Carlos Alberto viajó a Monclova, acudió al hotel y solicitó los videos de seguridad y, tras revisar los registros de acceso, observó ingresos reiterados de Clarisa C a la habitación, con apenas segundos de diferencia entre entrada y salida. El 5 de julio accedió a las 12:41, 12:45 y 12:46 horas, y nuevamente a las 14:51, 14:54 y 14:56 horas. El 6 de julio se registró su entrada a las 13:28, 14:24 y 15:33 horas.
La otra señalada en la investigación es Ilda, también afanadora del hotel. Ambos accesos a la habitación se encontraban en poder del padre y el hijo, y la maleta se encontraba oculta detrás de un sillón, según relataron.
El Ministerio Público presentó una USB con los videos del sistema de seguridad del hotel, registros de acceso, declaraciones del personal de limpieza y de los huéspedes. Gabriel, jefe de limpieza del hotel, explicó que los empleados tienen prohibido ingresar con bolsas o celulares, y deben llenar informes supervisados tras cada limpieza, lo cual no se realizó correctamente en esta ocasión, ya que los huéspedes se encontraban en la habitación.
Entre los testigos, destaca la declaración de Esteban R, amigo de Carlos Junior, quien dijo haber escuchado a las afanadoras hablar entre ellas, en lo que parecía una conversación relacionada con el dinero:
"¿Guardaste todo el dinero? No lo vayas a sacar", le dijo una a otra, identificando a Clarisa por su cabello rubio.
Asimismo, Luis R, otro testigo y amigo de Carlos N, dijo haber visto un carrito de limpieza con sábanas sucias de donde salían billetes de mil pesos, y que reconoció a ambas afanadoras en el lugar. Le llamó mucho la atención el dinero entre las sábanas.
El comprador del terreno, Isaú, confirmó haber entregado el dinero en efectivo a Carlos Alberto y presenciado cómo fue guardado en la maleta con candado. Dijo haberse enterado del robo días después, cuando la víctima le contó lo sucedido.
Durante la audiencia, Clarisa C se reservó su derecho a declarar por recomendación de su abogado. La defensa solicitó resolver la situación jurídica en esa misma sesión, argumentando que su clienta se había presentado voluntariamente y que contaba con un amparo promovido ante el Juzgado Cuarto.
A pesar de que la Fiscalía pidió prisión preventiva justificada, al considerar que Clarisa podría sustraerse de la justicia o interferir en la investigación, el juez determinó no privarla de la libertad, aunque sí impuso el uso de brazalete electrónico como medida cautelar, con un costo mensual de 8 mil 500 pesos. También se le prohibió acercarse a la víctima, salir del estado y acudir al hotel.
Además, se dio un plazo de cuatro meses para la investigación complementaria, que vence el 30 de noviembre de 2025.
La defensa intentó desacreditar los señalamientos al presentar recibos de servicios, una credencial de elector y cartas del área de Recursos Humanos del hotel donde se notifica que ambas afanadoras fueron suspendidas provisionalmente.
Por su parte, la asesoría jurídica de la víctima acusó al abogado defensor de obstaculizar la investigación, ya que fue él mismo quien entregó la USB con 760 clips de video de entre 15 y 17 segundos, lo cual complica y retrasa el análisis de evidencia.
Finalmente, el juez determinó vincular a proceso a Clarisa C como autora material dolosa del robo, al considerar que existen datos de prueba suficientes para presumir su participación en el delito, dejándola con el brazalete electrónico.