Deudos afirman que a su madre la mató la falta de atención adecuada y oportuna
De nueva cuenta, personal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) fue acusado de negligencia médica luego de la muerte de una madre de familia que presentó complicaciones por falta de higiene en procedimientos quirúrgicos.
Ayer, familiares y amigos velaron los restos de María Elena Reyna Vázquez de 48 años de edad que murió, aseguran, por una mala atención y mal proceso quirúrgico en la colocación de un catéter para atender un problema renal.
En la capilla de velación, un féretro color café rodeado de flores guarda los restos de la mujer madre de tres hijos, Abigail, Mayra y Joshio Alan Ledesma Reyna y abuela de siete nietos.
Relataron que hace tres semanas llevaron a su madre al hospital Amparo Pape de Benavides por complicaciones de la diabetes, así como insuficiencia renal crónica por lo que requería el tratamiento urgente.
En el hospital estuvieron cuatro días, pero la falta de atención, herramientas y medicamento del nosocomio los hicieron llevársela el viernes 31 de marzo a la clínica 7 del Seguro Social.
Primero estuvieron unos días en urgencias, posteriormente la pasaron a piso donde le dijeron que se trataba de insuficiencia renal crónica y necesitaba diálisis.
Aunque era una difícil decisión, los familiares de la mujer aceptaron el tratamiento y la sometieron a una cirugía para colocarle el catéter que lamentablemente no le funcionó pues empezó a tener complicaciones de salud, sin que nadie le revisara siquiera la presión o los niveles de azúcar.
Después de hacer presión la mujer fue valorada asumiendo que el catéter estaba mal puesto, incluso corría riesgo de lesionarle algunos órganos, así que los médicos trataron de deslindarse y la culparon por no haber guardado reposo total.
Los familiares no se quedaron conformes, es por ello que solicitaron la evaluación de unas radiografías de un médico externo, quien descartó que el movimiento hubiera provocado la complicación.
Solo un día después, Reyna Vázquez fue trasladada nuevamente para introducirle un segundo catéter en otro extremo, ocasionándole una infección que terminó en una grave peritonitis, sin que nadie la atendiera.
La mujer regresó a su camilla, donde permaneció varias horas sin revisarle la presión o suministrarle antibióticos para contrarrestar el malestar que presentaba, agravando aún más su situación.
“De la desesperación nosotros le pedíamos la atención a los médicos y enfermeras, pero se enojaban porque nosotros los presionábamos, para nosotros era muy doloroso verla en esas condiciones”, recalcó.
Indicó que no se tomaron las medidas sanitarias necesarias, ni se hicieron las revisiones correspondientes, pues su mamá tenía que recibir directamente hemodiálisis.
