Despiden al obrero Homero Martínez Sánchez quien perdió la lucha contra el cáncer linfático cervical en etapa avanzada, será recordado como un hombre muy trabajador, fuerte y que se preocupó por su familia hasta el último segundo de su vida.
Trabajó durante 37 años en la Planta de Sinter en la Planta Uno de Altos Hornos de México (AHMSA), Homero procreó tres hijos con su esposa María de Lourdes, Nick Azael, Keivn Homero y Casandra Guadalupe.
Luego de los problemas financieros por los que atravesó la acerera, fue muy difícil para Homero encontrar un buen trabajo para hacerse cargo de su familia, fue durante el mes de mayo que empezó como velador para la línea de transporte Omnibus donde laboró dos meses.
Después sufrió un accidente pero no se atendió ya que a simple vista no tenía nada, se consultaba con su médico familiar cada semana de agosto, pero el cansancio y dolor en sus extremidades era mayor, a tal grado que lo llegaron a internar en la Clínica 7 del Seguro Social.
“Los médicos no le encontraron nada, decían que solo tenía los ganglios linfáticos inflamados y con el paso del tiempo se le pasaría. La situación de AHMSA complicó todo porque él siempre se dirigía a sus amigos de la planta y a su sindicato”.
Al hacerle estudios hace un mes, le informaron que tenía cáncer con metástasico, tenía invadidos en pulmón, abdomen, columna vertebral, ganglios linfáticos y en el cerebro, aunque nunca se pudo encontrar el origen del cáncer.
“Empezó a dejarse caer mucho, adelgazó y tenía mucho cansancio, no podía creer lo que le había pasado, sin embargo seguía activo aunque batallando. Si nos comunicábamos aunque el ya no podía hablar, se desesperaba mucho”.
Sus hijos señalaron que Homero tenía preocupación constante al no contar con un ingreso fijo, pues la semana pasada se cumplieron 25 semanas sin pago por parte de la empresa acerera. A pesar de esta situación, el trabajador tenía esperanza de la recuperación de la empresa, aunque de tener la oportunidad también deseaba jubilarse y estar en paz.
Lo recordarán como un hombre feliz, trabajador, nunca le gustaba faltar, a pesar de cualquier problema nunca dejó sola a su familia, era la base de la pirámide en su hogar, quien movía a todos y los animaba, siendo la persona más fuerte y sine externar sus preocupaciones.
Su
familia, amigos y compañeros de trabajo lo despidieron en la Capilla de Velación de la Sección 147, de ahí lo acompañarían a su última morada en el panteón Guadalupe.
