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Coahuila

Difícil aceptar tener un hijo en adicción

Pero buscar ayuda, apoyarlo, no dejarlo solo a enfrentar su enfermedad es la clave para una recuperación total.

Por Diana Ortiz - 14 octubre, 2024 - 09:44 p.m.
Difícil aceptar tener un hijo en adicciónPara David Colunga Puente fue difícil aceptar que su hijo tenía una adicción al Cristal.

David Colunga Puente, un padre de familia con una trayectoria de 30 años en enfermería, laborando para una institución de salud pública, se enfrentó un día a la inesperada sorpresa del cambio de su hijo, y de acuerdo a sus síntomas, todo apuntaba a que era adicto a alguna sustancia tóxica.

David Colunga Preciado, su hijo tenía alrededor de 22 a 23 años cuando su padre se dio cuenta que algo no estaba bien con él, cambió su comportamiento, bajó de peso muy rápidamente, además vivía en otra ciudad, pero aún así David Colunga se dio cuenta que su hijo tenía algo.

Meses después, el hijo se regresó a Monclova y comenzó a vivir con su padre. "Al principio no es fácil aceptar que dentro de tu familia hay una persona con este tipo de problemas, es difícil, sobre todo, tomar la decisión de anexarlo es muy difícil".

Añadió "el darte cuenta que tu hijo está en las adicciones, yo no le di mal ejemplo, siempre estudió, siempre leyó, tratamos de darle la mejor educación, luego te pones a pensar el buscar excusas, pretextos, justificarlo.

El hijo, había terminado ya su carrera de radiología, ya tenía empleo, tenía una hija y su pareja, pero las cosas en él estaban diferentes, consumía "cristal" y aunque no fue fácil aceptarlo, David padre tuvo que "tomar el toro por los cuernos" y buscar ayuda.

Al trabajar yo de enfermero conocí muchos casos de pacientes que eran adictos los vez, aprendes a darte cuenta cuando consumen algo, "pero nunca va a ser lo mismo verlos que vivirlo con alguien de tu sangre, con alguien por quien lo darías todo".

David padre comenzó a investigar sobre las adicciones y el consumo de la droga conocida como Cristal, fue cuando entre tanto investigar que le recomendaron el anexo Vibe ubicado aquí en Monclova.

El día que se decidió a que su hijo ingresara, fue una situación muy extrema, "él no quería, se oponía y eso duele como no tienen una idea, pero se debe buscar una salida, y afortunadamente hoy puedo decir, la encontramos".

Charló con el padrino y le pidió que fuera por su hijo, fue así como David hijo ingresó al anexo, estuvo año y medio internado, y él como padre se encargó de no dejarlo solo nunca "siempre estaba aquí, estaba dispuesto 24-7 para atender cualquier necesidad de mi hijo en el centro, viene a todas las pláticas, me ayudó mucho la ayuda que se les brinda a las familias".

Y añadió que su hijo en todo ese tiempo nunca se quejó de mal trato como se habla de otros centros de rehabilitación y hoy que ha pasado el tiempo está convencido de que es un buen centro.

"YO LO TENÍA TODO, NO TENÍA JUSTIFICACIÓN PARA CAER EN EL VICIO", DAVID CORONA PRECIADO

Por su parte, David Corona Preciado, dijo que, para él, ingresar fue lo más difícil, "porque a pesar de que el asimilar que tienes un problema, el aceptar, es muy difícil yo sentía que tenía mi vida resuelta, tenía trabajo, estudio, pensaba que era una mala etapa de mi vida, una crisis".

Alrededor de un mes vivió una ansiedad muy extrema ante la falta de la droga, y el tener qué aceptar que tenía un problema, ese fue el primer paso.

Explicó el joven ahora de 25 años que siempre ha sido una persona antisocial e introvertida, por lo que le costó muy trabajo adaptarse a las normas del centro.

"Me pedían que les contara mi historia, mis sentimientos, me decían que estaban para escucharme, sin juzgarme y sin mal tratarme, pero fue muy difícil para mí explayarme", explicó.

Sobre el origen de su adicción, David dijo "si me hubieras preguntado antes que me internaran te pudiera decir una y mil excusas, una y mil razones, culpé a mi familia, amigos y pareja, nunca quise aceptar parte de la culpa, pero ahora que lo pienso no tenía ni una sola razón, tal vez fue curiosidad el probar algo diferente".

Para David fue muy difícil prescindir del consumo, "no me imaginaba una vida nueva, no me veía tratando con gente nueva, pero definitivamente la rehabilitación cambió mi manera de vida".

Hoy David a pesar de tener su carrera de radiólogo, la cual dice le gusta mucho ejercer, prefiere trabajar en el mismo centro donde se rehabilitó, Vibe ahora es su centro de trabajo.

"Estoy aquí donde puedo ayudar a mis compañeros, escucharlos, ayudar y orientar a las familias, cuando llegan me acuerdo cuando vinieron mis padres la primera vez y fue lo mismo, estábamos desorientados y preocupados", señaló.

Añadió "ahora me doy cuenta que fue necesario todo lo que viví al anexarme, estoy agradecido con ellos en un inicio entré enojado, porque con el tiempo vas entendiendo, yo ya no estuviera aquí, tal vez en una cárcel, un hospital o en una fosa. En un inicio es difícil entenderlo el consumo te ciega tu juicio".

Con el tiempo, David hijo se dio cuenta que sus padres lo internaron ahí no como un castigo, "sino porque me quieren, es un acto de amor muy difícil de asimilar para todos".

Hoy, David recomienda a las personas con una adicción o a sus familias, que busquen ayuda, porque más que un vicio es una enfermedad, más que un simple consumo, es una desestabilidad emocional, mental, física y espiritual".

Antes de concluir, David padre, dijo que todo lo que pasaron valió la pena, porque hoy su hijo cambió radicalmente, tiene trabajo que le gusta, es una persona sociable, productiva y que siempre trata de ayudar a los demás".

A pesar de que David padre sí ha pensado en todo lo que le costó económicamente la recuperación de su hijo, dijo que para él no tiene precio lo que haya pagado, porque hoy ver a su hijo recuperado, alejado de las drogas es algo que no puede pagar con nada del mundo.

Ante esto, hizo un llamado a las familias de las personas con adicciones que, si temen por el gasto que les genera tener a la persona anexada, que se acerquen y busquen alternativas, porque lo más importante es que su familiar adicto salga adelante y pueda volver a vivir su vida, sin esta enfermedad.

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