El feminicidio de Leticia Aguilar es una manifestación extrema del machismo y de la violencia patriarcal, donde el agresor ejerció su último acto de dominio sobre su expareja al no aceptar que lo dejara, así lo señaló Sandra de Luna González, directora del Centro de Orientación y Protección a Víctimas de Violencia Intrafamiliar en el estado.
El asesinato, ocurrido el pasado viernes a las afueras del Banco del Bienestar en Monclova, sacudió a la región Centro y evidenció las graves deficiencias en los mecanismos de protección para mujeres víctimas de violencia.
De Luna enfatizó que este crimen no debe verse como un conflicto familiar o un hecho pasional, sino como lo que es: un feminicidio. "Otra mujer se suma a la lista de víctimas del machismo, de vidas truncadas por el odio, el control y la misoginia", declaró.
Explicó que el periodo posterior a la separación es el más peligroso para las víctimas de violencia, ya que los agresores con una visión patriarcal extrema sienten que pierden el control y pueden culminar sus agresiones con un feminicidio.
"Este caso refleja claramente un patrón de feminicidio-suicidio. El agresor no aceptó la autonomía de Leticia, su derecho a dejarlo, y decidió acabar con su vida como último acto de control", afirmó.
Leticia fue asesinada tras haberlo denunciado y obtener una orden de restricción. Sin embargo, el sistema no fue suficiente para protegerla. Este sería el segundo feminicidio registrado en Monclova en lo que va del 2025, siendo el primero el asesinato de Juanita, una mujer en situación de adicción, en el sector oriente.