Alrededor de 25 pacientes que padecen algún tipo de cáncer no han recibido sus quimioterapias y radioterapias desde el mes de octubre, reportaron cuatro asociaciones, tampoco han logrado adquirir los medicamentos en las farmacias de la localidad, niños y adultos mayores no tienen con que luchar contra la enfermedad que los aqueja.
La fundación Sofía Sipi reportó cuatro casos de niños que habían dejado de recibir quimioterapias por falta de medicamentos en la Clínica 25 del Instituto Mexicano del Seguro Social, los padres de familia tienen que comprar las dosis desde mil 750 a 40 mil pesos.
"Me dejaron en espera 9 meses y opté por tratamientos herbolarios”.
La directora Martha Feliz indicó, a esto se le sumó el caso del niño José María Cruz mejor conocido como “Chemita”, quien a sus 12 de años de edad padece linfoma de Hodkins esclerosis nodular y fue diagnosticado en octubre del 2019. La primera quimioterapia la tuvo el 15 de octubre, sus padres tuvieron que comprar todos los medicamentos porque no había en hospital.
La siguiente estaba programada para el pasado 7 de enero y antes debía tomar el medicamento ondansetrón de 8 miligramos, que sirve para no tener mareos después del tratamiento. Sin embargo, fue el mismo día cuando los médicos de la Clínica 25 de Monterrey le avisaron que no contaban con el fármaco y desconocían para cuándo lo surtirían.
Van cinco niños y adolescentes de la asociación Sofía Sipi que no son atendidos.
“De los seis medicamentos que el niño toma, no tienen ninguno ya que hay faltante de todos en el IMSS, su mamá es bien movida y anduvo buscando primero en las farmacias públicas y particulares de Monclova, se contactó con nosotros hasta el final porque no quería molestar, pero al contrario, nos gusta ayudar. Finalmente, la familia consiguió el medicamento cardioxane en 5 mil cuando tiene un costo aproximado de 25 mil pesos”
Los medicamentos que escasean son: vinblastina de 10 miligramos, cardioxane de 500 miligramos, daunorrubicina o epirrubicina de 40 miligramos, dacarbazina de 620 miligramos y bieomicinade 16 de unidad internacional. Otro niños de 2 años que necesitaba L asparaginasa, una sola dosis cuesta mil 750 pesos y León André de 4 años, requería un medicamento con un costo de 35 mil pesos.
Indicó, veces los papás no les dicen porque los medicamento cuesta muy caro, hay unos que van desde los 12 mil pesos, hasta los 35 mil o 45 mil pesos, hay otros que cuesta 3 mil 800 pesos con dos dosis.
Por otra parte, la asociación Sonrisa Luis Adrián Tijerina recibió varias llamadas de mamás desde la publicación de este medio de comunicación, están pidiendo apoyo para la compra de medicamento llamado asparaginasa, para tratar la leucemia linfocitica aguda y Linfoma de Hodgkin.
Guadalupe Galván Aguilera, la secretaria de actas explicó que tienen 14 niños, han dado dos apoyos desde el miércoles ya que esta semana iniciaban sus estudios y daban seguimiento a tratamientos, pero es difícil conseguirlos ya que es un problema a nivel nacional. Actualmente las farmacias buscan los medicamentos en otros estados medicamentos y no hay.
Cuatro mujeres son atendidas por la fundación Vive sin Cáncer.
“Normalmente conseguimos el medicamento que estaba en mil 750 y ahorita estamos consiguiendo una en dos mil 345. Por internet también nos contactan desde Mérida porque vio que estábamos entregando los productos y esto es a nivel nacional”.
Recordó que también hay otro caso de un niño que requiere radioterapia y tiene dos meses en espera por la gran cantidad de personas que también lo requieren y no hay citas disponibles.
Farmacias aprovechan la escasez de medicamentos
"Desde octubre del 2019 no tienen medicamento para cáncer de mama”, dijo Silvia Irene Rodríguez.
La fundación Vive Sin Cáncer que dirige la presidenta Silvia Irene Rodríguez, se dedica a las atenciones psicológicas, reiki, sonoterapia, Terapia Sagrav, Yoga, meditación guiada, nutrición, reflexología podal, entre otros.
Comentó que desde octubre del 2019 que sus cuatro pacientes tienen el problema, no tienen medicamentos para luchar contra el cáncer de mama. La escasez no solo está en las instituciones de gobierno, sino en las farmacias, las cuales están aprovechando para subir los precios de los fármacos.
El anastrazol con 14 tabletas cuesta mil796 pesos, hay otros que cuestan 300 y los dan a 600 pesos la caja.
“En lo que podemos les conseguimos los medicamentos a través de otras asociaciones, las mujeres platican que acuden a sus citas en el IMSS y otras instituciones, pero solo las traen a vuelta y vuelta por el faltante de medicamento”.
La fundación Una vida digna contra el cáncer, se dedica a una prevención y detección oportuna de la enfermedad como a los cuidados paliativos –la fase terminal del paciente-. A veces atiende a pacientes que se tratan en el Instituto Mexicano del Seguro Social porque no hay el medicamento de vigilancia, anastrazol, es un medicamento para tratar el cáncer de mama después de cirugía y para metástasis en ambas mujeres pre y post-menopáusicas.
Más de veinte niños y adultos no han recibido tratamientos contra el cáncer.
En la cita les dan la caja con treinta pastillas, pero la siguiente cita la prolongan y faltan días que deben estar medicadas. En el caso de la Clínica 9 del Seguro Social en Frontera, se optó por darles la mitad del medicamento con el fin de hacerlo rendir, afectando a los derechohabientes que tienen cáncer.
“Nosotros se los regalamos, a otras las canalizamos al Hospital San José donde reciben tratamiento completo de quimioterapia, radioterapia y medicamento durante los cinco años en que se tarda en estar en remisión”, comentó Lulú Ramírez.
Sin embargo, no todas tienen las posibilidades económicas para acudir a un hospital privado y adultos como niños, son víctimas del aumento de precios en las farmacias. Los negocios venden a mil o dos mil 800 pesos ciertos medicamentos y como ven que en el IMSS les falta, lo suben hasta 3 mil pesos
“Veas por donde lo veas, ninguno tiene la cantidad para dar una dosis que cuesta 3 mil pesos o más, lo pacientes que vemos no tienen gran recurso económico y viven en la periferia de la ciudad, que están en fase terminal y que no les dan tratamiento para su remisión”
Señaló, son pocas las personas que obtuvieron el seguro de gastos catastróficos que se manejó durante la administración del ex presidente Vicente Fox a través del Seguro Popular y por ende, el tratamiento y medicamentos les sale gratis en el Hospital San José.
Hay escasez de medicamentos en el IMSS y farmacias.
Planean unir las voces
La fundación Sonrisa recauda fondos con la venta de pulseras.
“Vamos a unirnos las asociaciones y enviar un documento al presidente Andrés Manuel López Obrador con copia al director de salud nacional y estatal como a los hospitales de Monterrey, donde no les han surtido medicamentos y exigirles un porqué no se está haciendo”, dijo Lulú Ramírez.
Señaló, en Monclova hay seis asociaciones que trabajan con personas que padecen cáncer, dos son de niños y adolescentes, las demás atienden a los adultos y quienes padecen de cáncer de mama.
Optan por tratamientos naturales
A Luis Enrique Alarcón Ramírez de 63 años de edad le detectaron cáncer en cara, cuello y cabeza el 7 de agosto del 2018, sin embargo, pasaron nueve meses para que el IMSS lo trasladara a la Clínica 25 en Monterrey, Nuevo León para recibir su primera radiación.
Optó por buscar tratamiento herbolarios y toma todos los días la hierba “de la mula”, la cual se da entre los límites de Coahuila y Zacatecas, y le tiene más fe que los medicamentos desde hace un año.
Las farmacias aumentaron al doble el precio de los medicamentos.
“Deberían de actuar rápido al ver que una persona está enfermo y atacar el problema, me dijeron que estaban sobre saturado y por eso esperé nueve meses luego de sacarme ocho nódulos del cuello. Necesitamos mucha ayuda de parte de las instituciones para que atiendan a los niños, no es justo que todo el mundo esté desamparado”.
Desde que padece cáncer, ha juntado taparroscas para donarlas y ayudar a los niños, en su tiendita aprovecha para pedírselas a sus clientes ya que para él, primero están los niños que los adultos porque son la vida de México.
“Yo ya viví mi vida y cuando fui al IMSS vi a los niños sufrir cuando recibían tratamiento. Te puede tanto que no puedes evitar llorar por la situación, yo trataba de jugar con ellos para alegrarlos”.