El impacto que se temía finalmente llegó. La industria automotriz en Coahuila enfrenta un escenario crítico tras la confirmación de un arancel del 25% a los productos de México por parte de Estados Unidos, una medida que pone en riesgo al menos 100 mil empleos en el estado. Mario Dante Galindo, dirigente de la CTM Frontera, advirtió que los efectos serán inmediatos, con una escalada de despidos que golpeará con fuerza a la región.
“No creíamos que esto llegaría a este nivel, pero es catastrófico”, lamentó Galindo. La Región Centro, donde operan alrededor de 15 empresas del sector, será una de las más afectadas. Con la confirmación oficial desde la presidencia de Estados Unidos, la industria automotriz, pilar económico de Coahuila, entra en una fase de crisis sin precedentes.
Galindo subrayó que la situación es alarmante y podría tener repercusiones internacionales. “Esto eleva el conflicto más allá de lo que establece el Tratado de Comercio. Nuestros clientes reducirán sus volúmenes de producción y, en automático, los despidos se desatarán”, advirtió.
Ante la incertidumbre, el líder sindical recomendó a los trabajadores prepararse para lo peor. “Hay que ahorrar y administrar lo que tenemos, porque no hay garantía de estabilidad ni a corto ni a mediano plazo. Nos duele estar en esta situación porque nunca habíamos visto algo así en nuestra relación con Estados Unidos”, expresó.
El sureste de Coahuila, donde se concentra gran parte de la industria automotriz, resentirá con mayor fuerza el impacto. Saltillo alberga más de 100 empresas del sector, Piedras Negras alrededor de 40 y la Región Centro más de 20, cifras que reflejan la magnitud del golpe económico. “El daño es incalculable. No es una advertencia, es una realidad”, enfatizó Galindo.
La incertidumbre se instala entre los trabajadores. “Los despidos ya habían comenzado antes de que terminara 2024. Ahora se avecina una ola que puede desatarse en cualquier momento y sin una fecha clara de recuperación”, concluyó el dirigente sindical.
La industria automotriz en Coahuila, acostumbrada a sortear crisis, enfrenta ahora un desafío sin precedentes. Lo único seguro es que vienen tiempos difíciles.