Lo que comenzó como una historia de amor viral entre una mexicana y un colombiano que cruzó más de 3,000 kilómetros para casarse con ella, terminó en una pesadilla de violencia, fraude y temor. Loida Falcón, pide ahora al Instituto Nacional de Migración (INM) que deporten a su agresor, Henrry Palacios, quien tras casarse con ella la dejó con deudas, la golpeó y resultó estar ya casado en su país de origen.
La pareja, de 38 y 41 años de edad, contrajo matrimonio en las bodas comunitarias que se celebraron en febrero pasado.
Su historia cobró notoriedad cuando se supo que Henrry viajó más de 3,470 kilómetros, subió al tren conocido como La Bestia y atravesó siete países para llegar a Frontera, Coahuila, y encontrarse con Loida, a quien conoció a través de una aplicación de citas.
Pero apenas unas semanas después del enlace, la mujer descubrió la verdad: su esposo ya estaba casado en Colombia. Además, según relata, utilizó una falsa imagen de cristiano devoto para manipularla a ella como ahora lo hace con otras mujeres.
"No solo me engañó emocionalmente, también me dejó con dos deudas: una por 10,275 pesos y otra por 3,600. Él pidió dinero prestado a un familiar, se fue y no pagó ni un solo centavo. Ahora yo tengo que cubrirlo todo con mi sueldo", denunció.
La situación escaló cuando intentó enfrentar a Henrry para recuperar parte del dinero y fue agredida físicamente. También aseguró que el hombre compró artículos a crédito que no devolvió, dejándole a ella la carga financiera.
Intentó pedir ayuda a las autoridades, pero la respuesta fue limitada, fue a parar al hospital Amparo Pape, desde ahí llamaron al Ministerio Público y al Empoderamiento para la Mujer, pero ella tenía que ir hasta las dependencias a poner su denuncia.
También acudió al INM para solicitar la deportación de Henrry, pero la respuesta fue que el colombiano debía pasar primero por un filtro migratorio para que procediera cualquier acción.
Mientras tanto, ella teme por su seguridad, pues asegura haber recibido información de que él sigue vigilándola y ha sido visto cerca de su lugar de trabajo.
"El celular era intocable, lo extraño era que cuando entraba a la casa desconectaba el wifi, datos móviles y sonidos, decía que era privado. Un día lo dejó y revisé todo: mensajes, llamadas, conversaciones. Me dolió descubrir que no era la única. Apenas salió de mi casa y ya estaba saliendo con otras chavas", dijo.
Actualmente, Loida ya inició el proceso de divorcio, pero se ha retrasado. Mientras tanto, continúa buscando justicia y protección.
"Me duele el engaño, me duele trabajar toda la semana y que todo mi sueldo se vaya a pagar sus deudas. Lo mínimo que espero es que lo deporten y que termine esta pesadilla", concluyó.