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Coahuila

La cabaña en el Cerro de la Gloria

Javier se quedó dormido, el cansancio lo dominó y ahora duerme en la misteriosa cabaña.

Mauricio Colmenero
Por Mauricio Colmenero - 31 octubre, 2021 - 09:37 a.m.
La cabaña en el Cerro de la Gloria

Esta es una de las historias que muchos de los campesinos, exploradores y todo aquel aventurero que camina y sube por los senderos del cerro de La Gloria conoce, la ha escuchado al menos una vez y aun se les eriza la piel, a diferencia de lo que muchas personas creen, luego de varias horas de caminos empedrados entere  nopales, lechuguillas y huizaches, el paisaje comienza a cambiar de forma radical y grandes árboles verdes  y  caminos de tierra alfombrados por hojas secas comienzan a rodear a los visitantes.

Fue en 1993 la primera vez que supe de Javier, fue en el otoño de aquel año cuando un primo y sus amigos me invitaron a subir el cerro como parte de los Boy Scouts Grupo 1 que en aquellos tiempos se  reunían en la Secundaría 4; el día se llegó y  después de muchas horas de camino llegamos a las viejas ruinas de una cabaña que se encuentra en lo alto del lugar en medio de una pequeña planicie; al pasar, los cerca de 5 Scouts con los que viajaba guardaron silencio y   apresuraron el paso como si ahí hubiera algo malo, yo no dije nada solo observé la acción y apreté el paso junto con ellos, metros más adelante cuestioné a mi primo -¿Oye ahí era una buen lugar para descansar no crees?- con voz un poco seria me contestó –“No, desde lo de Javier” y seguimos nuestro camino. 

Al llegar el crepúsculo, levantamos nuestro campamento, entre risas, historias y chistes, como todo campamento que se respete teníamos la fogata al centro y comenzamos a dialogar, luego de un rato pregunté a mi primo -¿Quién es Javier?- y todo se volvió  silencio pero respondió –“ Es un amigo que ya no le gusta acampar luego de que una vez se lo ocurrió explorar solo”- ¿y eso que tiene de malo? Pregunté y entonces me contó la historia. 

Hacía poco más de un año Javier que era el mayor de todos los Scouts con cerca de 22 años miembro fuerte la tropa, tenía un gusto natural por el campismo y el senderismo, recorría grandes distancias, solo con su cuchillo tipo “Rambo” que era un lujo en aquello tiempos, con agua y algo de comida, le gustaba acampar ligero. 

Un día Javier decidió subir el Cerro de la Gloria sin compañía, cabe mencionar que desde la falda hasta la punta del cerro son cerca de 18 horas de camino, es un camino difícil y cansado, pero para el scout, era toda una aventura, fueron mas de 10 horas de caminata a diferencia de otras ocasiones había caminado por senderos que no conocía esto como parte de su adrenalina por la exploración. 

Cuando empezó a anochecer, su sentido de orientación ya no funcionaba bien y cada vez se empezó a adentrar más y más en el cerro. tras horas andando de noche, encontró la cabaña entre varios árboles, al golpear la puerta, no recibió respuesta y como estaba abierta decidió entrar, al abrir la puerta observó que estaba sucia y abandonada, al parecer tenía tiempo que gente no estaba por el lugar sin embargo sentía el temor de que el dueño llegara y desconociéndolo lo atacara. 

Pero su cansancio era mucho, al ver la cama, pensó que lo mejor sería ir a dormir y si alguien venía explicar lo que había pasado.  Primero se sentó en una silla que vio gracias la luz de la luna, pues estaba tan cansado que no tenía fuerzas para encender una fogata, por varios segundos fijó su mirada el piso buscando que su músculos tensos y cansados se relajaran.

Una vez estirado, levantó su mirada y se dio cuenta de que había muchas pinturas extrañas; eran rostros deformados que le miraban fijamente algunos tenían la mirada triste, otras pinturas tenían la mirada llena de ira y otras más llenas de miedo, Criaturas deformes pintadas con perturbador detalle que parecían salidos de una pesadilla, mirarlas hizo a Javier sentir muy incómodo así que en lugar de dormir en la cama se acomodó en un rincón  buscando estar los más lejos de esos cuadros y se quedó dormido.

A la mañana siguiente la brillante luz del sol lo despertó... Lo cual era muy extraño fue cuando se dio cuenta que aquella misteriosa cabaña no tenía cuadros solo tenía ¡ventanas!.

Ahora Javier ya no acampa más, la cabaña sigue estando en la Cerro de la Gloria, pero acampar en ella o cerca de ella ya no es una opción para los aventureros.

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