Cristo, un niño de 7 años, espera ansioso el día en que pueda empezar su aventura educativa. Pero, lamentablemente, la falta de recursos y la pobreza amenazan con frustrar su sueño.
Sin mochila, útiles escolares ni zapatos, Cristo se enfrenta a la posibilidad de no poder empezar el año escolar. Su madre, una mujer trabajadora y valiente, lucha por cubrir las necesidades básicas de su hogar, pero no puede costear los gastos necesarios para que su hijo pueda ir a la escuela.
El futuro de Cristo está en juego. Sin educación, sus oportunidades se reducen drásticamente.
Cristo vive en el oriente de la ciudad, donde cientos de familias luchan por salir adelante en casas construidas con techos de láminas y cartón. La pobreza y la falta de oportunidades son una realidad cotidiana en este sector, donde el sueño de una vida mejor parece lejano.
Este lunes 26, 78 mil alumnos de la región centro de Coahuila regresarán a clases, llenos de ilusión y expectativa. Pero Cristo, tal vez, no estará entre ellos. La tristeza y la frustración pueden ser sus compañeros de jornada si no recibe la ayuda necesaria.
Mientras sus amigos disfrutan de la emoción de empezar un nuevo año escolar, Cristo se queda atrás, sin saber si podrá unirse a ellos. La educación es un derecho, no un privilegio, pero para Cristo, es un lujo que está fuera de su alcance.