Hoy deseo hablarles de una mujer que adornó con su pecado los billetes del México en tiempos posteriores a la Revolución, me refiero al billete conocido como el de “La Gitana” o “La pelandusca de a cinco”.
Corría el año de 1925 y para recuperar la fe de los mexicanos que ya no creían en el papel moneda, el Banco de México, asumió la responsabilidad de la emisión de billetes en toda la república.
Recordar que anteriormente y durante la época revolucionaria, cada estado e incluso cada caudillo, imprime a sus propios billetes.
Por este motivo circulaban tantas denominaciones, que el comercio uniforme era casi imposible, así que se acordó que fuera una sola entidad la que se encargará de fabricarlos.
Al igual que en los billetes del Porfiriato, se buscó repetir el uso del rostro de mujeres jóvenes, niñas y heroínas que eran impresos con las placas de la América Bank Company de Nueva York.
A principios del mes de agosto de 1925, el Presidente Plutarco Elías Calles, hizo una visita a la tesorería de la nación, donde el Secretario de Hacienda de aquel entonces Alberto J. Pani Arteaga, le deseaba mostrar los 36 millones de pesos en centenarios que estaban guardados en las bóvedas del edificio.
Estos ahorros estaban destinados a cumplir el ambicioso sueño del subsecretario de Hacienda Manuel Gómez Morín, que era fundar un Banco Nacional, proyecto irrealizable desde la renuncia del presidente Porfirio Díaz, cuando los distintos revolucionarios saquearon de las bóvedas el preciado metal.
Las razones para crear una institución financiera nacional, eran favorecer la solidez de la moneda mexicana para realizar transacciones en otros países, así como dar mayor seguridad a los inversionistas nacionales al haber un único emisor controlador de billetes.
El primero de septiembre de 1925, Calles visitó el local ubicado en la esquina de la calle 6 Septiembre y Bolívar en la Ciudad de México donde provisionalmente se instalarían las oficinas del recién fundado Banco de México.
El gerente de la nueva institución, el señor Alberto Mascareñas recibió al Presidente quien iba acompañado por su puesto de Alberto J. Pani, el diputado Ezequiel Padilla y Luís L. León que era Secretario de Agricultura, así como otros representantes de la Banca, el comercio y la industria.
Todos recorrieron las instalaciones y se tomaron una fotografía junto a la bóveda abierta, en la cual se podían observar decenas de torres de centenarios de oro que conformaban los ahorros del gobierno.
Entonces se produjo la siguiente conversación: “Señor presidente”, le dijo el Consejero Manuel Gómez Morín, “este billete de 5 pesos simboliza la primera emisión realizada por nuestra noble institución, es un honor para mí hacer la entrega de esta muestra que representa el billete número uno “.
El General Calles miró el billete por todos lados, prestando particular atención a la figura que aparecía ahí, la gitana que estaba en él, e inmediatamente la reconoció como la amante de Alberto Pani, su Secretario de Hacienda.
Calles discretamente volteó con su secretario y le dijo: “Nos van a comer vivos por poner a esta inche vieja Beto”.
Su secretario algo nervioso, le murmuró que ya habría algo que inventar.
Y es que la gitana que aparecía en los billetes de cinco pesos era bellísima, tenía ojos grandes y atrevidos y monedas de oro derramadas en el pecho. El billete estaba extendido en un fino estuche transparente tipo carpeta, en un lado, tenían precio en su centro a una gitana y en el otro, estaba a la columna del Ángel de la Independencia.
El general de división entonces, lo tomó orgulloso en sus manos y luego lo levantó para que todos lo mirarán. Los aplausos al Presidente nos hicieron esperar, como un dato extra el Banco de México nació gracias a los ahorros acumulados durante diez meses.
Con el correr del tiempo, el Banco de México cobró solidez y respetabilidad, logró asociarse con las demás casas bancarias y convertirse en el robusto organismo financiero que alguna vez prometió ser.
Respecto al billete, la figura que aparece ahí, se dice que era la famosa gitana, la bailarina española, Gloria Favre que actuaba en teatros de revista y que además era el amante de Alberto Pani.
Alberto Pani al viajar a Nueva York para cerrar el trato con la American Band & Company que elaboraría los primeros billetes, se llevó a Gloria y como era costumbre de los gobiernos revolucionarios, se divertían a lo grande con el erario de los mexicanos.
La presencia en todas partes de Pani con Gloria provocó un escándalo en las negociaciones con los banqueros, pues Pani era sabido por todos, tenía ya a su prometida y la muy joven dama, más bien un adolescente que lo acompañaba, apapachaba y besaba descaradamente en público, no se parecía mucho a su prometida.
Ante esto, el ala conservadora de nuestro vecino país del norte, contrató detectives privados para seguir al ministro de finanzas y ver en qué andadas estaba, finalmente Pani fue detenido en su cuarto de hotel y puesto a disposición de las autoridades acusado de ser tratante de blancas y de mantener encerradas a mujeres en contra de su voluntad.
Cabe señalar que Pani las tenía encerradas en un lujoso apartamento rentado con los impuestos de todos los mexicanos, porque así funciona la revolución.
Se descubrió que Gloria Favre por cierto, si era menor de edad, el escándalo fue tan grande que al regresar a México, Pani avergonzado de que lo hubiesen descubierto, presentó su renuncia a Calles, pero éste, no lo aceptó, alegando que él no quería hombres “castrados” en su gabinete.
Lo que pocos sabían es que tanto Gloria Favre, La Gitana, así como su hermana, Laura Favre ofrecían sus favores carnales a varios personajes influyentes de la política mexicana, entre ellos el propio presidente Calles.
Por esta razón no aceptó la renuncia de Pani y tampoco fue despedido, como era de esperarse, la gente se indignó con la imagen que aparecía en el papel moneda, se le comenzó a llamar a este: “La pelandusca del billete de cinco”, o simplemente “Gloria, la Gitana”.
La versión oficial de la American Bank & Company, fue que la fotografía correspondía al retrato de una mujer de Argelia, diseñado por Robert Savage, el cual es considerado uno de los grabadores más destacados del siglo 20 en los Estados Unidos.
Esta figura incluso, está registrada con el nombre de “Cabeza ideal de una joven argelina”, con código C1031 en los archivos del American Bank & Company, éste fue creado en 1910, quince años antes de que se creara el billete de cinco pesos mexicanos, por lo cual, según ellos, no podía ser Gloria Favre.
Lo que la American Bank & Company omitió mencionar, es que aunque el grabado corresponde a una mujer argelina, estos eran propuestas que se presentaban a los diversos ministros y gobiernos de los distintos países, quienes al final, decidían en alguna modificación a grabado original.
Esa pequeña modificación que le hizo el gobierno mexicano, específicamente su Secretario de Hacienda Alberto Pani, fue otorgarle rasgos argelinos a su mantel Gloria Favre.
El rumor de los amores de Pani con la catalana, fue tan difundido que la familia del ministro tuvo que desmentirlo en un comunicado oficial, hubo incluso quienes, sobre todo la gente mayor, que recordaron aquel billete porfiriano de “doña manuelita”, amante del entonces presidente del Banco de México en el siglo 19.
Aun así, el gobierno oficialmente siempre negó que se tratara de la amante de este funcionario.
Los gobiernos revolucionarios posteriores decidieron que no se permitiría ya esta clase de escándalos y se prohibiría emplear por razones de imagen, y no tanto porque lo consideran indebido, la imagen de algunas de las amantes de algún funcionario.
Si esto hubiese sucedido, podrían ustedes imaginar por ejemplo a “La Tigresa” amante de Díaz Ordaz, adornando los billetes de su época o a Sasha Montenegro amante de López Portillo, haciendo lo mismo en otro billete.
El acuerdo no escrito, fue que, si algún alto funcionario deseaba conquistar alguna dama de su interés, en lugar de poner su imagen en un billete, mejor la llenara de estos, e incluso la pusieran en la nómina con algún cargo público.