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Coahuila

‘Lacho no es malo, ellos lo provocaron’

Por Jorge Salazar - 09 marzo, 2017 - 05:00 a.m.
‘Lacho no es malo, ellos lo provocaron’

Doña Celia Bustamante, mencionó que fueron los vecinos, quienes entraron hasta su casa para provocar a su hijo, quien en ese momento estaba tomando

FRONTERA COAH-. “Para qué venían a buscarlo, si ya lo conocen; “Lacho” no es malo, es bien buena gente, servicial, pero enojado y drogado, es perverso”, reconoció Celia Bustamante López, madre de Horacio “Lacho” Ramos Bustamante, el asesino de la Borja.

En esta esquina de la privada Ramos Arizpe, las manchas de sangre aún están frescas. La calle guarda silencio sepulcral, los vecinos rumoran, mientras una cinta amarilla rota de “No pase”, ondea en el poste de la esquina.

Las miradas apuntan a la casa de “Lacho”, en la que vivió por 40 años con sus 12 hermanos. Es el último, el más chiquito, el consentido, de carácter noble, pero violento cuando el alcohol y las drogas hacen su efecto.

De puertas bajas, ingresamos por el patio a su cuarto, una cama revuelta que colinda con la cocina y la sala, mientras en la pared sobresale un colgadero de libros con la Biblia, un tratado de Derecho Penal y la Agenda Fiscal, su lectura de cabecera. Solo cursó la secundaria, pero sus años en “la sombra”, lo hicieron un hábil carpintero, un adicto a la lectura… y a las drogas.

“Te conocía la Biblia al revés y al derecho, es cristiano, muy servicial, solo que se transformaba cuando se drogaba”, explica doña Celia, que insiste que su hijo no es malo, lo provocaron estando en su casa.

La mancha de sangre aún está fresca en el pavimento, ni con pinol pudieron quitarla del patio, ni de la recamara donde “Lacho” lanzó el primer tajo con un buril para madera. Su víctima dejó el reguero de sangre. Y es que “lacho no es malo, pero hicieron mal en provocarlo”, insiste la mujer de 82 años de edad.

“Es muy enojón, pero él no salió de la casa, ellos vinieron a meterse y buscarle pleito, estaba borracho y enojado, ellos fueron los que abusaron”, insiste mientras se arregla para ir a ver otra vez a su hijo tras las rejas y no sabe si esta vez le alcance la vida para verlo libre.

“Lo defiendo, claro, porque es mi hijo, lo tengo qué defender, es mentira que me hubiera pegado a mí, nunca me puso la mano encima, soy la persona que más respeta y si se detenía era solo por mí”, expresa.

Tuvo 12 hijos, pero Lacho fue el consentido, el último, el que por comodidad se quedó a vivir con ella, en sus vaivenes laborales como carpintero en ratos libres de borracheras y adicciones. “Sí se droga, pero aquí en la Borja no se ve otra cosa más que marihuanos y gente oliendo mugrero, jóvenes y viejos”.

No es la primera vez que mata, hace 20 años apuñaló también en riña, pero salió de prisión 5 años después por buena conducta y por haberse rehabilitado como hábil carpintero y un conocedor del Derecho Penal y las Sagradas Escrituras. “Espero que después de esto se componga, primeramente Dios, pero todavía no entiendo a qué venían esos muchachos, si mi hijo estaba tomando solo, los conozco desde que juntaban tierra de niños, no sé porque vinieron a esa hora, lo siento por la mujer que se quedó sola, pero no sé qué hacían adentro de mi casa”.

La persona que murió, de nombre Marco Antonio González Soto, no era amigo de “Lacho”, pero su hermano sí, un repartidor de pizza, cuyo casco fue encontrado en la recámara y fue llevado como prueba por parte de Servicios Periciales. “Solo Dios sabe a qué entraron, el que se murió nos hablaba y saludaba nada más, el otro si se emborrachaba aquí con mi hijo, pero Lacho no es malo, es enojón, pero hasta yo enojada soy capaz de muchas cosas y eso que soy mujer”, puntualiza doña Celia.

“Leía mucho la Biblia, sabe muchas cosas, hacía trabajos de madera, pero las gentes que toman mucho se vuelven locas, tal vez lo cambió la droga”.

Aprovechó para desmentir, que su hijo hubiera salido a la calle a gritar que mataría a alguien esa noche, pues insiste que del patio y el pasillo no pasó. “La gente es muy mentirosa, estuvo tomando solo y me dijo que le pegó al muchacho porque se habían metido a la casa, yo quiero a todos mis hijos, pero más a Lachito, porque él es el más chiquito, el que se quedó conmigo”, puntualizó doña Celia, mientras muestra un cuadro con marco de madera que le hizo su hijo con un pensamiento por el Día de la Madres. “Porque Lacho no era malo... pero hicieron mal en provocarlo”.

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