La crisis económica que afecta a la región centro ha puesto a los comerciantes formales en una difícil situación, enfrentando no solo una caída en las ventas, sino también una competencia desleal de tiendas chinas y negocios informales que operan fuera del marco regulatorio.
En medio de una recesión económica que ha reducido el poder adquisitivo de los consumidores, los comerciantes legales tienen que luchar arduamente para atraer a más clientes y mantener a flote sus negocios.
A esto se suma una carga fiscal considerable, hasta el 60 por ciento de sus ingresos se destinan al pago de impuestos, lo que limita su capacidad de inversión y crecimiento.
Por otro lado, los comercios informales y las tiendas chinas, que han proliferado en la región, no enfrentan las mismas restricciones.
"Estas operaciones no están sujetas a las mismas regulaciones ni a la misma carga tributaria, lo que les permite ofrecer precios más bajos y atraer a una base de clientes que busca ahorrar dinero. Todos estamos siendo afectados, las ferreteras, papelerías, de regalos y más, porque son artículos que manejan las tiendas chinas"
Arturo Valdés ex presidente de la Cámara Nacional del Comercio (CANACO) de Monclova, indicó que la disparidad en las condiciones de operación está generando una competencia desleal que pone en riesgo la viabilidad de los negocios formales.
La respuesta a la problemática es generar una mayor regulación y supervisión de los negocios informales y en un apoyo más robusto por parte de las autoridades locales para nivelar el campo de juego.
