Con los ojos aún empañados por el llanto y el corazón acelerado por la emoción, Miguel abrazó a su esposa Hilda Natalia N., quien este miércoles recuperó su libertad tras haber estado recluida en el penal de Piedras Negras, acusada de participar en el robo de 1.5 millones de pesos en un hotel donde trabajaba como afanadora.
La noticia cayó como un rayo inesperado para Hilda, quien no sabía que ese día sería diferente. "No le quisimos decir nada hasta estar seguros... gracias a Dios se logró, y saliendo de la audiencia corrí a Piedras por ella", contó Miguel conmovido vía telefónica.
La liberación se logró tras una audiencia de revisión de medidas cautelares en la que la defensa presentó pruebas de arraigo, entre ellas, documentación de catastro que acredita su domicilio. Aunque el proceso legal continúa, Hilda podrá enfrentar el juicio desde casa, con un brazalete electrónico, pero, sobre todo, con el calor de su familia.
"Lo primero era tenerla con nosotros, sus hijos preguntaban por ella todos los días. Ya pudimos abrazarla, hablar con ella", compartió Miguel, quien ahora se enfocará en lo que considera su nueva lucha: limpiar el nombre de su esposa.
Para él, hay muchas dudas que rodean el caso. "Queremos aclarar todo esto. Está muy raro. Hay muchas inconsistencias en la investigación de la Fiscalía, y no queremos que una persona inocente pague por algo que no cometió".
Miguel pidió a las autoridades una investigación justa y profunda, que no solo se enfoque en señalar, sino en esclarecer, incluso desde el origen del dinero presuntamente robado.
Hilda, por ahora, viaja de Piedras Negras a casa. No hay celda, pero hay cicatrices emocionales. El proceso sigue, pero también la esperanza de que la verdad salga a la luz y con ella, su dignidad.
