Desde los dos años de edad ha vivido entre llantas, rines, birlos, gatos y carros; hoy desde hace dos meses decidió que a eso enfocará su actividad económica, Mary de 23 años de edad es la primera mujer que se dedica a parchar llantas.
Su padre hoy en día y después de 21 años de dedicarse a este oficio, tiene ya tres vulcanizadoras y dos unidades de ‘vulka móvil’.
María Bernal Fernández es una chica joven recién separada, tiene tres hijas, una de 8 otra de 6 y la más chiquita de 2 años, y decidió que debía trabajar para sacarlas adelante, el padre de ellas también aporta la pensión, pero quiere una buena calidad de vida para sus pequeñas.
Mary trabaja en una vulcanizadora ubicada en la calle Cuauhtémoc en el Fraccionamiento Azteca, ella gana con su labor desde 500 hasta 600 pesos al día, con varias horas de trabajo.
“La verdad prefiero parchar llantas que estar en una maquiladora, porque en la vulcanizadora se gana muy bien, es un trabajo muy pesado, pero bien devengado”, explicó.
Cuando Mary era niña siempre recuerda a su papá en la vulcanizadora parchando llantas y atendiendo a clientes.
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“Nos decía cuando éramos niños cuídenme la vulca y cada que llegaba un cliente corríamos a decirle papá llegó un carro y nos daba 10 pesos para gastar, en aquel entonces con eso comprábamos dulces, fritos y sodas, eran otros tiempos pero eran bonitos tiempos”, narró al recordar su infancia.
Otra aspiración de Mary es llegar a ser soldadora, pues también le gusta este oficio y también es un trabajo bien pagado.
Sin embargo, al preguntarle cómo se visualiza en un futuro, Mary señaló que ella su deseo a mediano o largo plazo es poner su propio negocio de vulcanizadora y vender llantas.
“El parchar llantas te da para comer a diario, pero el buen negocio es la venta de las llantas, la vulcanizadora es un negocio muy fiel para quien lo trabaja, porque siempre va a haber llantas qué parchar o llantas qué vender”, explicó.
Lo más difícil que se le hizo en un principio a María Bernal fue quitar y poner las llantas de manera manual, porque sí es una labor pesada.
Mientras realizaba su trabajo con los clientes que iban llegando, Mary respondió a la entrevista, y explicó que no todos los carros son iguales, por eso también ha aprendido mucho de marcas y modelos de autos.
Y es que hay algunos automóviles que requieren de dados especiales para retirar los birlos y ahí es cuando por lo general los clientes traen en el vehículo el dado para que se pueda retirar o colocar la llanta.
“Hay autos que requieren dados de diferente tamaño, así que es necesario conocer bien la forma en que se va a trabajar porque la gente a veces viene de prisa y necesita el servicio rápido, pero hay que hacerlo bien en poco tiempo”, comentó.
Su papá tiene tres vulcanizadoras, la que ella trabaja en el Fraccionamiento Azteca, hay otra más en la Colonia Leandro Valle y una tercera en la calle Progreso.
Recientemente ingresaron al negocio de Vulka Móvil, a través de una camioneta equipada con lo necesario llegan hasta donde está el cliente, y lo mínimo que cobran por el servicio son 300 pesos.
Pero también depende de la distancia el costo, luego que han dado servicio en carretera y ahí también cobran la distancia por kilómetro, pero atienden la necesidad del cliente en el momento en que se solicita el servicio.
Ella también tiene a cargo una camioneta de ‘Vulka móvil’, y para Mary este es el oficio que más le gusta, y se muestra emocionada al saber que es la única mujer en la región que se dedica a esto.
