En un llamado urgente a la compasión y la justicia, el Obispo de la Diócesis de Saltillo, Hilario González Ortega, se pronunció sobre la reciente Ley Migratoria de Texas, destacando la necesidad imperiosa de no tratar a los migrantes como delincuentes.
Una ley respaldada por los republicanos faculta a las autoridades policiales del estado a detener a las personas sospechosas de cruzar ilegalmente la frontera con México.
En un mundo donde la migración es una realidad ineludible, el líder religioso expresó su preocupación por aquellos que han atravesado incontables desafíos y sufrimientos a lo largo de miles de kilómetros en busca del tan anhelado "sueño americano".
El Obispo González Ortega enfatizó la importancia de reconocer la humanidad intrínseca de cada individuo, independientemente de su estatus migratorio. Hizo hincapié en que estos hombres, mujeres y niños que emprenden viajes peligrosos no son meros números o estadísticas, sino seres humanos con historias, esperanzas y sueños.
"A los gobiernos de un país como del otro, que prevalezcan los derechos humanos de los migrantes, que no sean tratados como delincuentes. El recorrido que ya han hecho no es para sufrir más ni para hacer el mal, sino para ser personas de bien".
Es por ello que abogó fervientemente por un trato justo y digno hacia ellos, lejos de cualquier estigma o discriminación hacia los migrantes. Señaló que también se deben respetar las leyes de los países.
Además, el Obispo destacó la responsabilidad moral que recae sobre las sociedades y las autoridades para acoger a los migrantes con bondad y solidaridad.
