Un velo de misterio rodea la muerte del joven deportista Eduardo N, de tan solo 30 años de edad, quien falleció luego de participar en una “Ceremonia” clandestina de consumo de Ayahuasca en una quinta al norte de la ciudad.
Aunque las autoridades de la Fiscalía de Justicia se reservaron la causa de la muerte, descartaron un crimen o responsabilidad de los organizadores en este evento de consumo de drogas para una supuesta “liberación espiritual”.
Lo único cierto es que ninguno de los organizadores fue citado a declarar, tampoco la quinta fue clausurada, ni hubo mayor información sobre la legalidad de este evento que anunció se realizará ahora en Piedras Negras.
Entrevistados al respecto, los Organizadores del evento negaron que Eduardo hubiera muerto por los “efectos secundarios” del consumo de ayahuasca.
Reconocieron que se le suministró la sustancia pero dicen que el deceso se debió al consumo de energizantes que alteró su estado de salud.
Indicaron que el pasado fin de semana se llevó a cabo este encuentro en el que participaron 20 personas de la región que consumieron ayahuasca, entre los que se encontraba Eduardo, su madre y algunos amigos.
“Esta no es la primera ocasión que Eduardo consumía ayahuasca, ya que desde hace 2 años tuvo el acercamiento con los integrantes del grupo Onanya México, que organizan este tipo de eventos a lo largo del país”, explicaron.
Saúl Armendáriz, representante de este grupo y quien se encuentra certificado por médicos tradicionales, negó rotundamente que el joven haya muerto por ingerir esta sustancia y dijo que estaba consciente después de haber terminado el ritual.
“En primera instancia decir rotundamente que no fue por la ayahuasca, me duele mucho la perdida de nuestro hermano, porque él ya había ido a tomar ayahuasca con nosotros antes, no era la primera vez que acudía, teníamos una comunicación y una relación debido a su proceso personal”.
Mencionó que ellos asistieron el sábado a la quinta al norte de la ciudad para reunirse con un grupo de 20 personas para llevar este ritual, se realizó la preparación y evaluación de los participantes y se inició el encuentro.
Alrededor de las 11 de la noche se les dio a ingerir la ayahuasca y el proceso duró entre 3 a 4 horas.
Eduardo ingirió 30 mililitros de esta sustancia, a los 5 minutos vómito y estuvo en trance hasta las 3 de la madrugada, después se recuperó estuvo consciente, convivió con la gente, compartió su experiencia, sin presentar algún problema.
Cerca de las 8 de la mañana, cuando todos se empezaron a retirar, Eduardo se empezó a sentir mal, se desvaneció, por lo que se le practicó RCP, y se llamó a la Cruz Roja quien certificó el deceso por paro cardiaco.
Señaló que después del proceso permanecieron en Monclova en contacto con la familia, para cualquier cosa que necesitaran y dar la cara, manteniendo la comunicación.
Mencionó que la madre de Eduardo y los amigos son testigos de lo que sucedió dentro de la ceremonia, que en todo momento se les acompañó, se les estuvo cuidando, y no existe ninguna irregularidad.
Se cree que Eduardo consumió bebidas energizantes, lo que ocasionó taquicardia y que lo llevaron a la muerte.
Indicó que la ayahuasca es una planta medicinal que no ocasiona problemas cardiacos, ni ningún otro problema en la salud, esto está documentado y que la necropsia establecerá las causas del deceso.
SAUL BUSCABA MEJORAR DESEMPEÑO.
De acuerdo a los representantes de Onanya México, “Lalo” se acercó aproximadamente hace dos años con el fin de mejorar su desempeño físico y alcanzar sus metas dentro del atletismo.
En pláticas señalaba que había alcanzado su límite y no podía tener un mejor rendimiento, por lo que a través de las terapias, se logró superar las barreras que el joven mantenía en su subconsciente y logró sus objetivos.
Corrió el medio maratón en Houston, obteniendo el segundo lugar en su categoría, lo que valió que le ofrecieran becas en Estado Unidos.
“Estamos dolidos y nos sumamos al dolor de la familia, por es una persona que conocía, que nos platicó sus sueños, que logramos llegar a una meta que él tenía y la verdad que es lamentable y triste la pérdida de un ser humano”, indicó.
CUATRO AÑOS EN LA REGIÓN
Desde hace cuatro años, Saúl Armendáriz y Onanya México han realizado encuentros en Monclova con sesiones de entre 15 a 20 personas que ingieren ayahuasca, sin que se haya tenido ninguna incidencia.
Comentó que son cerca de 180 personas a las que se les da seguimiento en la región Centro quienes se han acercado en busca de sanación física, para combatir la depresión, ansiedad, las adicciones, crisis existenciales, en donde se les orienta en todas las prácticas y se trabaja en cuerpo, mente y espíritu.
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Señalan que tras concluir el efecto, el joven estaba bien de salud.
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Eduardo tenía dos años que llevaba a cabo estos rituales.
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Lamentan la muerte de Eduardo.
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