Meseros del restaurante-cafetería Kókoro de Monclova, corrieron de sus instalaciones a una mujer argumentando que el consumo de alimentos en su mesa era “muy poco”, por lo que necesitaban ese espacio para otro cliente; al respecto la administración contestó que es una cafetería, “esto no es una oficina”.
Hace unos días una internauta monclovense, hizo público a través de sus redes sociales, cuando estaba realizando una junta con un grupo de colaboradoras en la cafetería Kókoro Café, fue literalmente corrida del restaurante, junto con todo su equipo, en virtud de que el consumo que tenían no era acorde con las sillas, mesas y espacio ocupado por la clienta.
Ante la instrucción del mesero, tanto la organizadora de la junta, como su equipo de colaboradoras abandonaron las instalaciones de la cafetería ubicada en el bulevar Harold R Pape, casi esquina con Bulevar Ejército Mexicano, evidentemente molestas.
La molestia de la organizadora de la junta, es que la cafetería no estipula en sus anuncios la obligación de un consumo mínimo al ingresar a las instalaciones, ni un máximo de tiempo en el que los comensales pueden ocupar una mesa.
Más tarde la clienta publicó en redes sociales que no quería hacer polémica pero que se había sentido muy mal por el trato que recibió.
“Muchas personas hacemos negocios en los cafés y restaurantes, somos emprendedores también, personas que trabajamos por nuestra cuenta y no tenemos oficina y muchas aunque tengan, o sea algunas veces hay 3 mesas de negocios, o más por una de social. (Cerramos la oficina en pandemia y aún no podemos costearla.) En Starbucks había 10 de negocios y 1 social, en promedio. Si rentamos otros espacios y nos tratan superbien.
Estoy de acuerdo que el café es un negocio, pero no creo que nadie se merezca ese trato. Lloré de la vergüenza. Siempre los empleados se portaron amables. Eran instrucciones del dueño. Pongan reglas claras, por ejemplo, consumo mínimo y así la persona decide.