Ser paciente con cáncer en México no solo significa enfrentar una enfermedad agresiva, sino también luchar contra la carencia de recursos, la falta de medicamentos y la dura realidad de no tener ni siquiera para el camión que te lleve al tratamiento.
Elia Guadalupe Leija Garza, de 41 años, y vecina de la colonia Santa Bárbara, desde hace ocho meses enfrenta una batalla contra el cáncer de mama.
Fue diagnosticada en diciembre y, desde entonces, cada 21 días recibe quimioterapia. Sin embargo, su mayor preocupación no es solo la enfermedad, sino cómo lograr llegar al hospital cuando el dinero apenas alcanza para lo más básico.
"Hay veces que no tenemos ni para pagar el camión, y ahora con el cambio de sede del área de quimioterapia, todo será más difícil", lamenta.
"Cuando recibí la noticia pensé que era algo de muerte, pero no, gracias al apoyo de Dios, mi familia y la señora Daiana Salazar, me he levantado", comenta.
Madre de cuatro hijos —de 25, 19, 17 y 4 años— Elia asegura que lo que más la mantiene en pie es su familia.
"Afortunadamente tengo a mi familia cerca, y de ahí me he sostenido, pero, aun así, esta lucha es muy dura. Que ahora pretendan cambiarnos el lugar donde nos atienden, complica todo para quienes ya de por sí venimos de lejos y sin recursos", explica.
Su caso refleja el sentir de decenas de pacientes oncológicos en la región, quienes enfrentan el cáncer en condiciones precarias, y que ahora temen por el traslado del área de infusión a una clínica más lejana.