"Ninguna empresa es para siempre", así lo señaló el Obispo de la Diócesis de Saltillo Hilario González, quien mencionó que ante el panorama de quiebra se debe ver por el bien de los trabajadores.
En la visita que realizó el día de ayer a Monclova para la toma de posesión del padre Cristian Figueroa Martínez a cargo de la iglesia de San Antonio de Padua, monseñor Hilario González lamentó la situación de Altos Hornos de México y el impacto a las miles de familias que dependían de esta empresa.
Señaló que es un tema que impacta a la región y pidió a los trabajadores y su familia mantener la fe y confiar que vendrán cosas buenas para todos.
Mencionó que ante la quiebra de la empresa, es necesario que se va lo mejor para los trabajadores, que se cumpla con los pagos que se tienen pendientes y se respeten sus derechos laborales.
Que se reconozca el esfuerzo, la dedicación que durante muchos años demostraron los obreros a la empresa, que tuvo un crecimiento y desarrollo gracias al trabajo diario de los obreros.
"Ojalá que quienes ahora tomen el rumbo de esta quiebra, inversionistas o compradores o rematadores, tengan en cuenta también estos valores de la ciudad, del trabajo, del esfuerzo, de la dedicación, y no dejen a las familias desamparadas".
El Obispo pidió a los trabajadores y a toda la población de Monclova que no pierda la esperanza, al mencionar que con esperanza es como nació Monclova, en medio de la adversidad.
Señaló que Dios no abandonará a los obreros ante este panorama y ante el cierre de la empresa, habrá otras oportunidades para el crecimiento y el desarrollo de los obreros y sus familias.