Los perros pueden llegar a morir de un infarto debido al estrés que les genera el uso de la pirotecnia, además de lastimarse sus patitas al intentar huir de sus hogares, la Casita de Sharon y Sam, exhortó a la ciudadanía el no comprar ni usarlo estos días festivos.
Sonia de la Torre, médico y defensora de los derechos de los animales, tiene el negocio La Casita de Sharon y Sam, donde su personal cuida a las mascotas siendo como una especie de hotel. Consideró que los perros debe de ser tratados como seres valiosos, que los consientan, abracen y y apapachen porque lo merecen.
La Casita de Sharon y Sam tiene personal especializado.
La audición de los canes es más aguda que la de las personas, por lo que escuchan el sonido más fuerte, la pirotecnia les genera estrés, produce taquicardia, temblores, miedo, ansiedad, e incluso puede hacer vomitar por el mismo estrés.
“Hay dos tipos de respuesta la huida o el ataque, pero siempre van a intentar huir cuando todo su sistema se activa y presentan convulsiones por el mismo estrés, llegan a fallecer por infarto o un aumento de todas las hormonas derivas del estrés”.
El año pasado, su personal tuvo que cuidar a varios caninos cuando las personas utilizaron pirotecnia, usaron un vendaje abrazador para que no sintieran tanto estrés y les pusieron música relajante para perros, la cual es música es una frecuencia baja que solo ellos puedes escuchar, se puede encontrar en Youtube o en la aplicación de Spotify.
Indicó, la semana pasada circuló un video en redes sociales de su cliente Joaquín, el día del desfile navideño su perrito sangró de las patitas donde trataba de huir y hasta se arrancó las uñas. En estos días, el mejor amigo de hombre se llega a perder o desorientan, e incluso los pueden atropellar.
Exhortó a la población a no comprar o usar pirotecnia porque aparte que contamina, suelta químicos, humos, ruido y genera basura, prueba de ello es que se puede ver más neblina en la calle.
“Tienen que resguardarlos en lugar seguro, de preferencia en un cuarto dentro de la casa y ponerles música alta para que no logren a percibir los sonidos externos. Es importante recalcar, los perros nunca fueron callejeros, sino, fueron sus dueños los irresponsables de cuidar a otro ser vivo”.