Acaban con el Centro Histórico de la ciudad, con las demoliciones de edificios históricos y viviendas de adobe de la calle Hidalgo, donde ya fueron derribadas dos casas más, además de la emblemática casona ubicada frente a la Alameda, que databa del siglo XIX, ha sido destruida. Así mismo, el Teatro Obrero, un inmueble de 126 años de historia, ha quedado reducido a una estructura oxidada, sin más que el techo que alguna vez lo coronó.
Jesús Guajardo, secretario de la Junta de Conservación y Protección del Centro Histórico de Monclova, expresó su preocupación al señalar que "ya no hay muchos edificios históricos, hemos estado acabando con ellos".
Con tristeza, añadió que la Alameda es uno de los pocos vestigios de Monclova más antigua que aún se conserva, sin embargo, se demolió la casona que databa del siglo XIX.
La destrucción comenzó con el auge económico de la ciudad en los años cuarenta, cuando las casas de adobe fueron sustituidas por construcciones de block.
De acuerdo con Guajardo, esta transformación urbanística sigue vigente, como lo demuestra la demolición de los recientes edificios.
La propiedad, que fue comprada por un particular, será transformada en un centro infantil, pero su valor histórico se pierde irremediablemente.
La Junta de Conservación y Protección del Centro Histórico de Monclova, que actúa principalmente como un organismo asesor, seguirá interviniendo apoyados con Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que tiene la capacidad legal para intervenir en la protección del patrimonio.
Aunque explicó que saben que en el pasado se facilitaron los permisos para demoler por Obras Públicas y Desarrollo Urbano.
El funcionario también subrayó que la construcción de viviendas de adobe ya no es posible, se pueden tomar medidas para ordenar el desarrollo urbano y preservar lo que queda del patrimonio arquitectónico de la ciudad. "Queremos a Monclova y queremos que esté bonita", afirmó con firmeza.