En la colonia Lomas de San Miguel, una familia enfrentaba momentos de desesperación y hambre. Brenda Carolina y sus tres hijos de 9 y 6 años de edad y una bebé, llevaban días sin poder alimentarse adecuadamente.
La situación se volvió difícil, y decidieron buscar ayuda en su comunidad. Fue entonces cuando la voz de su necesidad llegó a los oídos del pastor Valentín Bustos y los miembros del Centro de Fe, Esperanza y Amor, conocidos como la Iglesia del Pueblo.
Con un corazón solidario, el pastor Valentín y su equipo se movilizaron rápidamente para llevarles alimentos, pañales y leche. Este gesto no solo les proporcionó sustento inmediato, sino que también les devolvió la esperanza de que las cosas podrían mejorar.
La familia vive en condiciones precarias; su hogar es un jacal construido con madera, cartón y lámina y durante el invierno, el frío se cuela por todos los rincones de su vivienda, afectando el bienestar de todos sus integrantes.
El padre de familia trabaja lavando autos, pero las inclemencias del clima han reducido drásticamente sus oportunidades laborales, profundizando aún más la pobreza que enfrentan día a día.
La Iglesia del Pueblo no solo se dedica a rehabilitar a personas con problemas de adicciones; también extiende su mano a aquellos que atraviesan situaciones críticas como esta. Su labor comunitaria es un faro de esperanza para muchas familias que necesitan apoyo en momentos difíciles.
El gesto altruista del pastor Valentín y su congregación infunde una renovada fe en la solidaridad y el apoyo mutuo entre los miembros de la comunidad.
