SABINAS, COAH. - Con 38 años de trayectoria como bolero, Don Jesús Jaramillo Guerrero se ha convertido en un personaje querido en el centro de Sabinas. Antes de dedicarse al lustrado de calzado, fue minero, oficio que desempeñó con orgullo y valentía, incluso participando como rescatista en una tragedia minera que marcó su vida.
Padre de cuatro hijos, Don Chuy, como lo conocen, trabajó en varias minas de la región, incluyendo la mina 2, 4, 5, también la 4 y medio de Esperanzas, y finalmente en la mina Conchas Norte, ubicada en la Villa de Agujita. Su historia refleja la dureza del trabajo en el subsuelo y la capacidad de adaptación, pues tras su paso por la minería, encontró en el oficio de lustrador de calzado o bolero, una forma honesta y digna de llevar el sustento a su hogar.
Desde su puesto en una esquina de la Parroquia de Guadalupe, Don Jesús comparte con quienes lo visitan su filosofía de vida: "Hay que estar aferrados al trabajo, es la única manera de salir adelante", afirma con convicción. Su presencia ya forma parte del paisaje cotidiano del centro de Sabinas.
Reflexionó sobre el cambio generacional y la actitud de muchos jóvenes actuales, quienes a veces carecen de motivación para trabajar. "Antes los papás nos enseñaban desde los 12 años, no querían hijos flojos", comentó, recordando que el trabajo era una lección de vida que se inculcaba desde temprana edad.
A pesar de que el precio por boleada es de apenas 35 pesos, Don Chuy asegura que con esfuerzo siempre se logra sacar adelante a la familia. Su historia es testimonio de que la constancia, el esfuerzo y el amor por el trabajo siguen siendo pilares fundamentales para enfrentar la vida con dignidad.
