Tras el anuncio por parte de las empresas afiliadas a la Cámara Nacional de Cemento (CANCEM), de la suspensión de sus operaciones por medida sanitaria ante la contingencia que se vive por el COVID-19 durante todo el mes de abril, este fue un inesperado golpe a los empresarios dedicados a la venta de cemento, al igual que para las constructoras.
Ante esta medida el empresario Gerardo Arizpe, precisó que los pequeños negocios viven al día y con tal acción se paralizará el sector de la construcción y desde luego el del comercio.
Detalló que se tiene mucha incertidumbre ya que no se cuentan con los recursos para cubrir los gastos devengados a los trabajadores tales como salarios, IMSS, INFONAVIT en caso de tomar alternativas tales como parar de manera temporal.
Ante esta situación, la cámara mexicana de la construcción, expresó mediante un oficio que le hicieron llegar a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, el que reconocieran como actividad esencial todas aquellas realizadas por el personal de la construcción.