PIEDRAS NEGRAS, COAH. — La presión social sobre el alcalde Jacobo Rodríguez ha alcanzado un nuevo punto de ebullición. Una reciente transmisión en vivo realizada por el edil, con la intención de "aclarar" críticas en redes sociales, terminó evidenciando el hartazgo ciudadano ante la falta de acciones concretas por parte del gobierno municipal.
En el extenso "live", realizado la noche de este sábado, Rodríguez intentó defender su gestión, pero volvió a su discurso favorito: culpar a las administraciones anteriores por los problemas actuales.
Lo que pretendía ser un ejercicio de transparencia se transformó en una larga justificación de por qué su administración, tras siete meses en el cargo, no ha logrado atender demandas tan básicas como la reparación de calles, el mantenimiento de espacios públicos o el mejoramiento del alumbrado.
La ciudadanía, activa en los comentarios durante la transmisión, no perdonó el tono evasivo del alcalde. "Jacobo, ya basta de culpar al pasado, estás gobernando tú", escribió un usuario. Otro escribió:" Las calles no son eternas mijo, empatía la debes de tener tu".
El alcalde, que llegó al poder bajo la promesa de una "nueva historia" para Piedras Negras, ha visto deteriorarse rápidamente su imagen pública ante el estancamiento de la ciudad y las crecientes quejas sociales. Lo que alguna vez fue esperanza para algunos, ahora se enfrenta a una ciudadanía que exige resultados, no narrativas.
Además, el mandatario ha sido blanco de críticas por polémicas recientes, como las presuntas "narco fiestas" vinculadas a su entorno cercano, las cuales no han sido aclaradas ni desmentidas oficialmente. Estos episodios han contribuido a la percepción de un gobierno más enfocado en el show que en el servicio público.
El mensaje es claro: la comunidad espera un gobierno que trabaje, no que hable. La paciencia social se agota, y la falta de obras, de inversión visible y de liderazgo efectivo comienza a pesar en la gestión de Rodríguez.
Si el alcalde no da un giro inmediato en su forma de gobernar, el costo político será inevitable. La hora de actuar es ahora, y el tiempo de las justificaciones, por largas, enredadas o dramáticas que sean, ha terminado.