NUEVA ROSITA, COAH.- La doctora Alejandra Guadalupe Gutiérrez Alejandro, Docente Investigador de la UAC y Tesorera Nacional de la Sociedad Mexicana de Paleontología, narró los momentos de angustia que vivió al quedar atrapada junto con estudiantes y compañeros catedráticos en Acapulco, Guerrero tras el paso del Huracán Otis.
“En lo único que pensé fue en proteger a las alumnas a mi cargo Yeriza Yeraldi, Frida, Maricruz y María así como también en ayudar a quien lo necesitara”, expresó la doctora.
Aseveró que tan pronto como pudieron se desplazaron a la ciudad de México para de ahí desplazarse a la ciudad de Saltillo a fin de llegar finalmente a la Carbonífera.
“Estuvimos en el ojo del huracán, observé mucha crisis nerviosa entre las personas, varios estudiantes de otras universidades resultaron lesionados por la ruptura de los cristales de las ventanas del hotel Copacabana donde nos hospedamos, pero, se les apoyó en lo necesario”, dijo la mentora.
Mencionó a su vez que, de acuerdo a los pronósticos, esperaban que el fenómeno meteorológico tocara tierra durante la madrugada pero las ráfagas de viento acompañadas de una fuerte tormenta se presentó durante la noche cerca de las 21:30 horas y pasadas las 00:30 horas se recrudeció la intensidad.
De inmediato sonaron las alarmas, nos sugirieron a todos bajar al primer piso, pero, comenzaron a romperse los cristales de puertas y ventanas optando los encargados del hotel por llevarnos al sótano, sin embargo, el agua comenzó a ingresar al lugar regresándonos a cerca de 300 personas a los cuartos utilizando las escaleras puesto que ya no funcionaban los elevadores, no había luz tampoco telefonía celular.
Menciona la doctora que observó como un vidrio se incrustó en el cuello de una estudiante de otra universidad, todo era caos, gritos, pánico, una verdadera pesadilla.
Añadió que nunca antes le había tocado vivir una experiencia de esta índole, -lo único que yo pensaba era en resguardar a las estudiantes de las carreras académicas en ingeniería y minerales.
“Gracias a Dios pudimos sobrevivir puesto que al observar la magnitud del huracán nos dimos cuenta como estaba todo afuera del hotel, carros destruidos, hoteles colapsados, colchones en los aires, roperos”.
Todo hace indicar que durante el huracán también se registró un terremoto ya que se sintió la vibración de las estructuras temiendo se registrara además un Sunami ante el movimiento de las placas tectónicas.
“Al momento de observar todo el caos yo pensaba a dónde nos movemos, tenemos que ayudar al prójimo también, atender a los heridos, y esto nos deja en claro que, debemos de seguir adelante puesto que no nos debe frenar el miedo”, abundó a LA VOZ la doctora Alejandra Gutiérrez.
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Más de 300 personas se encontraban en el hotel.
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Acudieron a una convención de minería.
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Algunas personas mantuvieron la calma.
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En el exterior todo era un caos.
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En panorama en la Costa del Pacífico es desolador.
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Les recomendaron descender del hotel al primer piso.
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El huracán tocaría tierra durante la madrugada, pero cerca de las 21:30 horas el fenómeno meteorológico se presentó.
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Todo quedó colapsado.
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No se registraron pérdidas humanas en el lugar donde se hospedaron los neorrositenses.
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