MINERAL DE PALAÚ, COAH.- Ángel Garza, un joven de 18 años de edad, conmovió a la comunidad de Palaú al personificar a Jesús de Nazaret en el Viacrucis realizado en este mineral.
Su participación en esta representación religiosa marcó un punto de reflexión en su vida espiritual, permitiéndole recuperar la fe en Dios tras años de dudas originadas por la pérdida de su abuelo, un fiel feligrés católico.
Ángel compartió que este papel no solo le ayudó a conectarse con su fe, sino también a reflexionar sobre el sacrificio que Jesús hizo por la humanidad.
En entrevista a LA VOZ, Ángel relató cómo la muerte de su abuelo lo llevó a cuestionarse la justicia divina, al preguntarse por qué las personas buenas mueren.
"Yo siento que el participar en esto es bueno para mí porque puedo sentir lo que Dios sufrió al entregar su vida por todos nosotros", expresó, convencido de que esta experiencia es enriquecedora tanto espiritual como emocionalmente.
Además, su motivación creció al saber que su madre biológica personificaría a María, la madre de Jesús, formando un equipo único que fortaleció su compromiso en el Viacrucis.
El joven también destacó que su participación en la Alvernia juvenil le ayudó a salir adelante y sentir la presencia de Dios. Admitió que, durante un tiempo, dejó de creer debido también a la influencia de algunas amistades ateas, así como por el resentimiento que desarrolló hacia Dios tras la pérdida de su abuelo, quien era ministro en la iglesia.
"Durante todo ese tiempo que fueron casi tres años, dejé de creer en Dios, le tenía coraje", confesó, pero encontró consuelo y un propósito renovado en su vida tras vivir su experiencia en la Alvernia.
Ángel explicó que los diálogos del Viacrucis no representaron una dificultad para él, y que representar a Jesús le ha permitido reflexionar sobre las pruebas que ha enfrentado a lo largo de su vida.
"Sentí que a lo mejor todas las pruebas que me había presentado durante mi vida habían sido para esto", comentó, agregando que este papel es una oportunidad para cambiar aspectos negativos en su vida y seguir evolucionando espiritualmente.
Hoy en día, Ángel tiene como propósito de vida experimentar una conexión más profunda con el sufrimiento y la entrega de Jesús. "No todos somos perfectos, también tenemos nuestras fallas, pero, espero, al representar a Jesús y sentir un poco de su sufrimiento, me ayude también a cambiar un poco de las cosas malas que tengo", concluyó, mostrando su compromiso por continuar mejorando como persona y como fiel creyente.