VILLA DE AGUJITA, COAH.- La inundación de la Mina El Pinabete, que atrapó a diez mineros bajo tierra, ha dejado una marca indeleble en la comunidad de la Villa de Agujita.
Entre las víctimas mortales se encuentra Hugo Tijerina Amaya, un joven de 29 años cuya vida fue truncada por la catástrofe.
Hugo, descrito por su madre como un "gran hijo", era un hombre casado y padre de cinco hijos, todos menores de edad. Su familia lo recuerda como el reflejo de su padre, amistoso y trabajador.
A pesar de su corta experiencia en la mina, de apenas dos meses, Hugo se vio obligado a dejar su empleo anterior en Jaropamex debido a las crecientes necesidades económicas de su hogar.
Cada día, al pasar por la casa de su madre, Hugo se despedía con un "Adiós mamá", dejando tras de sí una estela de alegría. Doña Josefina, su madre, relata cómo la noticia de la recuperación del cuerpo de su hijo la dejó impactada, reviviendo el dolor pero también brindándole la oportunidad de despedirse apropiadamente.
La familia Tijerina Amaya ha sido profundamente afectada por la tragedia, con tres de sus miembros trabajando en la mina el día del incidente. Raymundo, uno de los hermanos, sobrevivió, mientras que Héctor no se encontraba trabajando ese día, así la pérdida de Hugo ha sido un golpe devastador para la familia.
Doña Josefina expresa su gratitud hacia Dios por haber escuchado sus súplicas y le da gracias por la paz que siente al saber que pronto podrá llevar a su hijo a su última morada.
La comunidad se une en el duelo y en la esperanza, preparándose para ofrecer a Hugo un adiós digno y un lugar donde su familia pueda honrar su memoria con flores.
La tragedia de El Pinabete sigue presente en la Villa de Agujita, recordando la valentía y el sacrificio de aquellos que, como Hugo, se adentraron en las profundidades de la tierra en busca de un futuro mejor para sus seres queridos.
"A las autoridades que han colaborado incansablemente para la recuperación de los cuerpos les doy gracias por el trabajo realizado", externó finalmente Doña Josefina.
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Todos los días pasaba por la casa de su señora madre, diciéndole "Adiós Mamá".
