VILLA DE AGUJITA, COAH.- Ayer 24 de junio se cumplieron seis años de la caída de la emblemática chimenea que durante décadas fue símbolo de identidad y desarrollo económico para la comunidad. Construida durante el auge industrial del siglo pasado, la estructura no solo representaba el legado minero de la región, sino que también servía como un punto de referencia histórico, protegido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
La tragedia ocurrió la noche del lunes 24 de junio de 2019, cuando una tromba con fuertes rachas de viento azotó la población y provocó el colapso del monumento. La chimenea, debilitada por el paso del tiempo, no resistió las inclemencias del clima. Su caída generó conmoción entre los habitantes, quienes durante generaciones la habían considerado parte esencial del paisaje local.
De acuerdo con los reportes oficiales emitidos en su momento, entre las causas del desplome se encontraban la ausencia de tirantes de sujeción y la proximidad de una mina a cielo abierto que habría afectado la estabilidad de los cimientos. Estos factores, sumados a la falta de mantenimiento preventivo, sellaron el destino de una estructura que, por años, había sobrevivido al deterioro.
Lo más doloroso para muchos habitantes fue el desmantelamiento inmediato de sus restos. Apenas unas horas después del colapso, personas desconocidas comenzaron a retirar partes metálicas de la chimenea para venderlas a recicladoras de la región, sin que hubiera una intervención efectiva de las autoridades locales para proteger lo que quedaba del monumento.
Hoy, solo quedan vestigios dispersos como muda evidencia de lo que alguna vez fue un ícono del orgullo comunitario. Aunque persisten los recuerdos y las imágenes en archivos y memorias colectivas, los pobladores lamentan que no se hayan tomado medidas para conservar, al menos, parte de su estructura original como testimonio tangible de la historia de Villa de Agujita.
