VILLA DE SAN JUAN DE SABINAS, COAH.- La familia del minero Gil Rico Montelongo fallecido en la tragedia de Pasta de Conchos, ha expresado su profundo agradecimiento por la composición de una melodía en su memoria.
Elizabeth Castillo Rábago, viuda de Montelongo, compartió su sentir al conocer la canción titulada "Ven Morena", creada por el compositor César Humberto Fernández Basaldúa.
Gil Rico, uno de los 65 mineros que perdieron la vida en el trágico accidente de la mina Pasta de Conchos en 2006 dejó un legado imborrable en su comunidad.
El compositor Basaldúa se inspiró para escribir la canción, después de un comentario de Santa Catalina hermana de Gil, en una de sus recientes publicaciones alusivas a los mineros.
Tras establecer contacto con la ciudadana, recabó detalles sobre la vida, familia y gustos de Montelongo, dando como resultado una pieza conmovedora que rinde homenaje a su memoria.
Gil Rico era originario de la Villa de Agujita, Coahuila, hijo de Don Agustín Rico y Doña Sara Montelongo, era el mayor de 6 hermanos, fue minero desde joven y tenía 48 años de edad al momento del accidente.
Era casado y dejó una viuda y en la orfandad a tres hijos de los cuales el menor tenía 8 años en ese entonces de la tragedia ocurrida el 19 de febrero del 2006.
El minero tenía un pequeño ranchito llamado "Los Tres Potrillos" cerca de Agujita, con vacas, una yegua llamada "La Negra", un caballo y un pony.
Al rancho se iba en una camioneta que apodaba "La Pichirila" y cuando llevaba a sus hijos, les enseñaba a bañar las vacas y, a quemar las pencas de nopal para alimentarlas, de acuerdo a lo recabado por el autor de la melodía.
Los hijos de Gil comentan que, para que la yegua acudiera a su lado le decía: "Vente Morena" o "Vente Prieta".
El modesto obrero era jinete de rodeo y tenía una cuadrilla de jinetes con los que participaba en torneos, era reconocido por ello y muy querido en Agujita y en toda la Región Carbonífera por su Don de gente y ser muy servicial.
Su padre Don Agustín perdió la vista en un accidente y Gil le enseñó a andar solo en el rancho, tendiendo alambres con cencerros, en diversas direcciones subiéndole el volumen al radio para que su papá estuviera ubicado en todo momento.
"La yegua, murió a los pocos días del accidente en tanto su madre, Sara, durante 2 años se pasaba las horas sentada en una silla en su casa, observando la entrada a su vivienda porque decía que, Gil iba a regresar, ella falleció sin volver a verlo.
El recuerdo del minero perdurará en los corazones de sus seres queridos, quienes aún evocan sus enseñanzas y momentos compartidos en el rancho "Los Tres Potrillos".
La canción "Ven Morena" captura la esencia de estos recuerdos, relatando cómo Montelongo solía llamar a su yegua y cómo inculcaba a sus hijos el amor por la vida en el campo.
El simbolismo de la yegua fallecida poco después del accidente y la dedicación de la canción perpetúan el legado del minero, brindando consuelo y un sentido de conexión a su familia y, a la comunidad que tanto lo valoró.
LETRA DE LA CANCIÓN
Vente prieta, ven morena
El a su yegua llamaba
Y ella llegaba a su encuentro
Para que Gil la montara
No era una yegua muy fina
Pero su dueño la amaba
En el rancho "Tres Potrillos"
Ella siempre lo esperaba
Gil era un buen jinete
Que en la mina trabajaba
Ella era de rienda suelta
Que, a su llamado, llegaba
Un día del mes de febrero
Como a media madrugada
La yegua sintió un estruendo
Porque la tierra temblaba
Ya no concibió su sueño
Como si ella presagiara
Que algo muy malo a su dueño
En la mina le pasaba
Al despuntar la mañana
La negra oteaba el camino
Como buscando a su dueño
Aquel que le daba cariño
Y así pasaron los días
Sin que llegara el minero
La yegua ya nada comía
Y murió de desconsuelo
Ahora la negra cabalga
Junto a su querido dueño
Siente que nada le falta
Junto a su Dios en el cielo
El murió en Pasta de Conchos
Junto a valientes amigos
La Negra murió en el Rancho
Llamado "Los Tres Potrillos"
Vente Prieta, Ven Morena
Vengase mi yegua amada
Y ella a acudido a su encuentro
Porque también lo extrañaba
Vente Prieta, Ven Morena, Vamos a una Cabalgata...
