Villa de Agujita, Coahuila. – En un acto de fe y solidaridad, monseñor Alfonso Gerardo Miranda Guardiola, obispo de la diócesis de Piedras Negras, ofició una misa en la parroquia de Guadalupe de la Villa de Agujita para las viudas y familias de los mineros fallecidos en la tragedia de El Pinabete. El obispo expresó que este encuentro fue una oportunidad largamente esperada para llevar un mensaje de esperanza y consuelo a las familias afectadas por el desastre minero. "Hemos tenido la gracia y fortuna de poder acompañar ya un par de veces a las familias en Pastas de Conchos y habíamos solicitado poder tener un encuentro con las familias de El Pinabete. Bendito sea Dios, hoy se pudo", declaró el obispo antes de iniciar la ceremonia.
Durante la homilía, monseñor Miranda Guardiola destacó el papel de la Iglesia como acompañante espiritual en los momentos de mayor dolor y pérdida. "La Iglesia, en primer lugar, habla a través de su presencia, de su cercanía. Hemos querido acercarnos a ellos, esa es la primera palabra que expresamos. Igualmente nuestro abrazo y el estar con la gente, con la familia, escuchar sus dolores, sus angustias, también motivar la esperanza y hablarles de la palabra de Dios", señaló el obispo. La misa fue un espacio de recogimiento donde las familias pudieron expresar su fe y recibir el apoyo de la comunidad eclesiástica.
El mensaje de esperanza estuvo dirigido especialmente a las viudas y familiares que, a pesar de la recuperación de los restos de los mineros, siguen enfrentando el vacío de la pérdida. Monseñor Miranda Guardiola reconoció que aunque la dinámica cambia con el hallazgo de los cuerpos, el sentimiento de la ausencia permanece. "El sentimiento de la pérdida no cambia, y ante la pérdida es cuando tenemos que estar presentes porque el anhelo de volver a ver a la persona que amamos es un anhelo profundo de cada corazón humano", reflexionó el obispo.
El acto litúrgico reunió familiares y miembros de la comunidad, quienes encontraron en las palabras del obispo un bálsamo para su dolor. La parroquia de Guadalupe se convirtió en un espacio de unión y esperanza, donde las familias compartieron sus sentimientos y recibieron el consuelo de la Iglesia. La presencia de monseñor Miranda Guardiola fue un símbolo de la cercanía y compromiso de la Iglesia con las víctimas y sus seres queridos.
Monseñor Miranda Guardiola concluyó la celebración reafirmando el compromiso de la Iglesia de seguir acompañando a las familias afectadas en su proceso de duelo. "Estaremos con ustedes, acompañándolos en la fe y en la esperanza. Que la palabra de Dios sea siempre su fortaleza", afirmó el obispo. Con esta misa, la diócesis de Piedras Negras reafirma su apoyo espiritual y humano a las familias que aún enfrentan las consecuencias de esta tragedia minera.
