SABINAS, COAH.- Después de tres intentos de suicidio, Juan José Martínez Segovia había llegado al límite de su resistencia. La adicción al cristal lo había consumido, llevándolo a creer que la vida no valía la pena. Sin embargo, gracias a la intervención de su familia y el Centro de Rehabilitación Emmanuel, Juan José encontró la salvación en la fe y la rehabilitación.
"Me sentía libre en mi corazón, la experiencia en el centro de rehabilitación fue más que un tratamiento, fue encontrar una familia". La conexión que estableció con los pastores Efraín y Sara, así como con los demás internos, fue fundamental en su proceso de recuperación.
La adicción había devastado la vida de Juan José, llevándolo a alejarse de su familia y amigos. "El cristal te aleja de la familia, te hace pensar cosas que no son", compartió, recordando los momentos más oscuros de su adicción. Sin embargo, gracias a la fe y la rehabilitación, Juan José pudo superar esos pensamientos negativos y encontrar la esperanza.
Hoy, Juan José es un hombre renovado, trabaja como operario en la empresa STEIN, ama y agradece a Dios todas las mañanas por su vida. Considera que su historia es un "rayo de luz en la oscuridad" y quiere ser motivación para otros jóvenes que luchan contra las adicciones. "La palabra de Dios te hace libre", aseguró.
Juan José atribuye su recuperación a la fe y al apoyo de su familia. "Mi familia me apoyó incondicionalmente", expresó. "Los pastores Efraín y Sara fueron como ángeles en mi camino, guiándome hacia la recuperación y en verdad les digo, el Centro de Recuperación Emmanuel más que un anexo, es una familia que te abre las puertas y te lleva a conocer a Dios y la verdad, y es la verdad lo que te da la libertad" reiteró.
El joven sabinense, hoy testimonio de recuperación plena de la adicción a las drogas, participa activamente con el Centro de Recuperación Emmanuel para alentar a jóvenes que luchan contra las adicciones, a tomar la decisión más importante que cambiarán para bien su vida y la de su familia, porque reiteró: las drogas destruyen no solo el cuerpo y la mente, sino también a las familias.
La historia de Juan José es un ejemplo de que la esperanza y la fe pueden transformar vidas. Su recuperación es un testimonio de la resiliencia humana y la capacidad de superar obstáculos.
Finalmente, Juan José quiere dejar un mensaje de esperanza para aquellos que están luchando contra las adicciones: "No estás solo, hay ayuda disponible. Ponte en manos de Dios y busca apoyo. La libertad y la sanidad están al alcance de tu mano".