Hace 80 años, el 21 de diciembre de 1937, fue estrenado el primer clásico animado producción de Walt Disney, Blancanieves y los siete enanos(Snow White and the Seven Dwarfs).
La historia adaptada del texto de los hermanos Grimm, publicado en 1812 —arraigado a las tradiciones europeas— innovó técnica y artísticamente en su hechura al público del Carthay Circle Theater de Hollywood, donde fue estrenada, y después a nivel mundial.
“
Blancanieves y los siete enanos tiene un lugar importantísimo por diferentes motivos. Fue el primer largometraje de animación que se estrena a nivel comercial en todo el mundo. Esto es importante porque la animación estaba considerada como un género menor, de relleno para los programas de
cine”, afirmó el crítico de
cine José Antonio Valdés Peña a
Excélsior.
El experto destacó que en aquella época, ir al
cine era una experiencia que tardaba toda una tarde, pues había películas de una hora u hora y media, más programas dobles, noticieros y cortometrajes de animación. Éstos últimos estaban pensados como relleno de programas.
“La animación entonces era bastante pedestre. Eran animales que bailaban con música sencilla. Por eso, la animación, hasta la década de los años 30 no tiene un peso importante a nivel industrial.
“Walt Disney (1901-1966) cambia la historia con la aparición de Mickey Mouse en 1928 y el inicio de una serie de cortometrajes que se prolongarán hasta la década de los años 30, que conocemos como
sinfonías tontas, películas de nueve o diez minutos que presentaban pequeñas fábulas o cuentos y algunos completamente musicales como la danza de los esqueletos en un panteón bailando”, relató.
Walt Disney hizo hincapié en la música y los fondos animados, que antes no se movían. Es así como
Blancanieves y los siete enanos rompen con el sencillo esquema de animación.
“Walt Disney experimenta con el uso del color y es pionero en lograrlo en 1931, antes que Hollywood lo tuviera con actores reales. La industria se tardará muchos años más en adoptar el sistema Technicolor.
“Lo que sucede es que la experimentación de Walt Disney llegó a un punto en el que vino un primer largometraje como
Blancanieves y los siete enanos”, destacó el egresado del Diplomado Universitario en Apreciación Cinematográfica de la Universidad Iberoamericana y del Centro de Estudios Audiovisuales.
Valdés Peña detalló que hay versiones que Walt Disney invirtió todo lo que había ganado y además tenía gente muy valiosa como el dibujante Ubbe Ert Iwwerks (1901- 1971), quien hacía el trabajo de animación. Así se gestó
Blancanieves y los siete enanos.
“Apostó absolutamente todo aunque le dijeron que iba a quebrar. Aportó varias cosas que fueron el éxito de
Blancanieves: un largometraje de animación a color estrenado en 1937, lo cual era inusual, que tiene una partitura compuesta como la de una ópera.
“Frank Churchill hizo una partitura dramática, acentuando las escenas de comedia, drama y terror, pues la bruja se convierte en una anciana horrible al final. Rompe con la partitura sencilla de las
sinfonías tontas”, apuntó el conductor de la sección
Miradas al cine, de Canal Once.
José Antonio Valdés Peña precisó que en cuanto a la historia, más allá del personaje de Blancanieves, el elemento primordial de la cinta son los siete enanos.
“La gran aportación de la película es que los siete enanos tienen una personalidad distinta, así que con cada uno el público se podía identificar: Gruñón, Tontín, Feliz, Doc, Estornudo, Dormilón y Tímido. Blancanieves es el personaje menos memorable de la película. Los enanos son divertidos, simpáticos y muy humanos.
“Por otra parte, la primera gran villana del estudio es esta madrastra malvada, convertida en una bruja que envenena a Blancanieves. Así se acomodan los elementos que se perfeccionarán en futuras películas de Walt Disney: el villano, el héroe y los compañeros del héroe. Además la película hacía referencia a Europa, los fondos tienen una bella dirección de arte. Toda esa capacidad de profesionalismo, de llevar la animación hasta sus últimas consecuencias, fue lo que hizo que la cinta fuera un gran éxito y a partir de ahí la carrera de los estudios Disney, aunque con sus altibajos, se elevó”, señaló el crítico.
La dulcificación del cuento de los hermanos Grimm se dio a partir de esta adaptación, característica de los estudios ante los textos para adultos.
“Conozco versiones más antiguas en donde el cuento de
Blancanieves es muy siniestro, pero finalmente llegó a la pantalla con esta visión de Disney que luego se volverá hasta un término peyorativo: ‘está muy Disney, muy suavizado’. Pero para los niños funciona y ha funcionado a lo largo de 80 años”, dijo.
Blancanieves y los siete enanos aborda la historia de una joven huérfana, quien vivía con su malvada madrastra.
La madrastra preguntaba a su espejo mágico ¿quién era la más hermosa del reino? El espejo respondía que era ella hasta que Blancanieves creció.
Entonces, la madrastra la envió al bosque con su cazador para que éste le entregara el corazón de la joven. El cazador la dejó en libertad y engañó a la madrastra con el corazón de un jabalí.
En el bosque, la joven encontró una casa, la de los siete enanos mineros quienes la adoptaron. Pero la madrastra, convertida en anciana, la encontró y le ofreció una manzana envenenada que la llevó a dormitar hasta que el beso de un príncipe la despertara.
“La visión de Disney finalmente es pensando en un mensaje para un niño. Le estás enseñando el bien y el mal. Blancanieves es la inocencia, los enanos son la solidaridad, la bruja es la maldad y tiene que ser derrotada por la solidaridad de los amigos de Blancanieves que protegen su inocencia. Son valores que aunque pasen los años, siguen promoviéndose, son inamovibles”, concluyó.
Excélsior