La principal presión alcista se encuentra en un declive en el mercado del petróleo. La mezcla estadounidense West Texas Intermediate, de referencia para América, registra un fuerte desplome de -30% y retrocede hasta un bajísimo precio de 12.71 dólares por barril, el peor del año.
La caída ocurre en una sesión en la que los futuros de la mezcla estadounidense tocan su nivel más bajo desde 1999, por preocupaciones sobre el pronto llenado de la capacidad de almacenaje de crudo en el mundo. Además, persisten dudas sobre los acuerdos para reducir el bombeo.
A la presión del petróleo se suma la que existe sobre los bonos de Pemex luego de que las agencias calificadoras Fitch y Moody's recortaron sus notas para la deuda mexicana y de la petrolera. Esta última se ubicó como bono basura y México se acercó a perder el grado de inversión.
En la medida en la que se mantiene la volatilidad en los mercados debido a los posibles impactos de la crisis del coronavirus, el mercado de divisas mantendrá una preferencia sobre el dólar. El Índice Dólar (DXY), que mide a esa divisa, se mueve al alza 0.07% hasta 99.85 puntos.