Los aficionados de los Bills merecen todo mi respeto. Son estoicos. Su equipo siempre tendrá marcado el estigma de perder 4 Super Bowls de forma consecutiva. Además, en los últimos años no la han tenido nada fácil, pero se puede cambiar de todo menos de jersey. Tienen la mala fortuna de estar en el Este de la Americana y compartir grupo con los New England Patriots, lo que significa que deben jugar dos veces cada temporada con uno de los equipos más dominantes de los últimos tiempos. Es justo decir que Buffalo ha sido incapaz de armar un buen equipo en por lo menos los últimos 15 años. La última vez que jugaron playoffs fue el 8 de enero de 2000, cuando perdieron contra los Tennessee Titans. Como diría mi abuela: ya llovió. Si tomamos que ese juego fue en la temporada de 1999, podemos decir que los Bills son el único equipo que no ha llegado a playoffs este siglo.
Este año, por lo menos hasta ahora, las cosas empiezan a cambiar, pues en los últimos juegos están irreconocibles. Han ganado sus últimos 4 juegos, uno de ellos a los Pats en casa de los Pats (aunque para ser justos hay que decir New England jugó con su tercer quarterback, pero eso no quita merito a la victoria de Bills). El fin de semana pasado metieron 45 puntos, algo extremadamente inusual y que hace que sus seguidores se emocionen. Sí, los Bills están juagando como nunca, pero hay que tomar las cosas con calma, ya que pueden perder como siempre. No es momento de sentir que ya están del otro lado. Que los que simpatizan con los Bills sean cautelosos y no den rienda suelta a su corazón, me parece que es la actitud correcta. Los Bills, antes han tenido buenos arranques de campaña, y de repente se caen a pedazos. El coach Rex Ryan me genera dudas. Es cierto que sus dos primeros años al frente de los Jets tuvo resultados excepcionales, hasta logró meterse a un par de Campeonatos de Conferencia de forma consecutiva, pero después las cosas se le complicaron. Tras seis temporadas en New York, salió del equipo con porcentaje de vitorias de .479, nada que presumir. Su primer año en Buffalo quedó con 8-8: record que no te lleva a ningún lugar. Pero este año tienen algo que hace que se sienta como un equipo diferente: ejecutan buen football de vieja escuela. Por fin su defensiva está parando, y más importante: corren como nadie, son el mejor ataque terrestre. LeSean McCoy se ve como en sus mejores años, puede ser quien cargue con el equipo al hombro, hasta ha hecho que el quarterback Tyrod Taylor se vea bien, a pesar de ser uno de los peores equipos por pase, se ubican en la posición 31.
Los Bills se han visto bien en las últimas semanas, pero ¿les puede alcanzar para llegar a playoffs? Tal vez. Todo depende de ellos, aunque el par de derrotas que sufrieron al principio de la temporada les pueden costar caro. Es posible que terminen el año con 10-6, incluso con 11-6 si es que siguen jugando como hasta ahora, claro que ese record no garantiza playoffs pero si abre una posibilidad amplia, sobre todo si vemos que hoy los lideres divisionales tienen el mismo record que los Bills, por lo que es probable que si ganan 10 juegos sean uno de los mejores records de un equipo que no gana su división, lo que los pondría en posición de jugar en la ronda de wild cards. Los juegos que se puede esperar que pierda Buffalo son: el restante contra New England, pues a mi parecer es el equipo más dominante del momento, Seattle y Pittsburg. Lo difícil es que juegan contra los Pats y contra Seattle en semanas consecutivas, un par de derrotas puede ser un golpe a la moral del equipo que dé al traste con su accionar. Serán fundamentales para las aspiraciones de los Bills sus juegos contra los Cincinnati Bengals, que es la semana después de enfrentar a Seattle, y cuando se midan contra los Oakland Raiders, ambos juegos como visitantes. Pero lo primero es que ganen este fin de semana a los Miami Dolphins. Los Bills y sus aficionados deben tomar un juego a la vez. Todavía falta mucho.
