El bombardeo contra Bagdad acabó con la vida de Qassem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní; la de Abu Mahdi al Muhandis, el jefe de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP) y comandante de la milicia Kataib Hezbolá (KH); y con las vidas de al menos otras 10 personas.
Reacción de Irán
Por su parte, el presidente de Irán, Hasán Rohaní, declaró que Teherán y otras naciones de la región "vengarán" el asesinato de Soleimani y aseguró que esta acción hará que Teherán esté "más decidido" en su resistencia contra EE.UU.
Previamente, el canciller iraní, Mohammad Javad Zarif, calificó los ataques de EE.UU. de "acto de terrorismo internacional", mientras que el líder supremo del país, Alí Hoseiní Jameneí, advirtió que a los "criminales" que mataron al general les espera una dura venganza.