La asesina serial Leonarda “N”, nació el 14 de noviembre de 1893 en Montella en la provincia italiana de Avellino.
Pasó una infancia difícil y a los 21 años se casó con Raffaele “N”, un funcionario de la Oficina del Registro y se fue a vivir a Lariano en la Alta Irpinia: la pareja tuvo 12 hijos.
Sus víctimas no fueron comunes: 2 terceras partes de las asesinas matan a personas dependientes de ellas, hijos o adultos entre 26 y 60 años o a su pareja en el 40 por ciento de los casos, pero Leonarda asesinó por interés.
Su matrimonio entró en crisis, se separó y se trasladó al tercer piso de un edificio en Via Cavour; pasaba tardes enteras hablando con sus 3 mejores amigas: Francesca, Virginia y Ermelinda.
Una a una fueron desapareciendo para siempre: las arrastró a un lugar oscuro, les amputó ambas piernas a la altura de la rodilla y las desangró con cuencos bajo los 2 miembros cercenados hasta llenarlos; luego las decapitó con una sierra y dividió sus cuerpos en partes.
El rito se completó cuando la asesina encendió una olla, metió 7 kilos de sosa cáustica y derritió los cadáveres en agua hirviendo para hacer jabón con los cuerpos de sus amigas y usó el resto para cocinar deliciosos pastelitos y postres.