El presidente estadounidense, Joe Biden, retomó este viernes su campaña con una visita a Míchigan, uno de los estados clave en los que los demócratas han decidido centrar sus esfuerzos para ganar al exmandatario republicano Donald Trump (2017-2021) y desde donde aseguró a los votantes que seguiría en la carrera.
"Yo soy el nominado" a la candidatura demócrata "y nadie, ni la prensa ni los analistas, ni los donantes decidieron; fueron ustedes los votantes", insistió desde el podio en un mitin en Detroit.
"No me voy a ir a ningún lado", zanjó el mandatario, de 81 años, quien está inmerso en una crisis política tras su desastroso desempeño en el primer debate presidencial.
Más de 15 legisladores del partido demócrata han pedido públicamente que se retire de los comicios, además de decenas de analistas políticos e influyentes figuras de los medios y del mundo del espectáculo.
El presidente, no obstante, no ha dado indicaciones de querer cambiar su postura y se ha atrincherado en defender su candidatura, asegurando que es el único que puede vencer a Trump en las urnas el próximo 5 de noviembre.
Tras el "paréntesis" electoral por la cumbre de la OTAN, celebrada desde el martes y hasta el jueves en Washington, Biden volvió a poner su foco en las presidenciales. Antes del mitin, sostuvo un encuentro directo con sus votantes, esta vez en la pequeña ciudad de Northville.
"Me presento para acabar el trabajo. Quedan cosas por hacer. Sé que solo tengo 41 años", dijo bromeando.
Las críticas a su edad y a su pobre desempeño en el debate del 27 de junio han opacado su campaña y no es la primera vez que Biden recurre al humor para intentar restarle importancia.
"Durante mucho tiempo fui demasiado joven. Fui el segundo hombre más joven elegido para el Senado. Y ahora soy demasiado mayor, pero sé que, con suerte, con la edad llega un poco de sabiduría", añadió el mandatario demócrata, que le saca solo tres años y medio a Trump.