Me gustaría disculparme sinceramente por todo lo que le hice a lo largo de los años”
Högel, de 42 años, fue acusado por la fiscalía alemana de suministrar medicamentos a 100 pacientes, el más joven de ellos de 34 años y el mayor 96 años, para desencadenar fallos cardíacos o un colapso circulatorio.
La defensa del enfermero asumía para su cliente 55 casos de asesinato, 14 de intento de asesinato y para otros 31 había pedido la absolución, mientras la fiscalía, por el contrario, hablaba de 97 asesinatos y sólo en tres casos consideraba que las pruebas eran insuficientes, pero al final fue hallado culpable de 85.
Los asesinatos de Högel, considerado el mayor asesino en serie de la historia criminal alemana desde la Segunda Guerra Mundial, salieron a relucir en verano de 2005, cuando una compañera de trabajo lo sorprendió en momentos en que envenenaba a un paciente.
A raíz de ese hecho, las autoridades abrieron investigaciones contra él, en el curso de las cuales se revelaron otras muertes en circunstancias sospechosas que derivaron en un juicio, donde confesó que entre 2003 y 2005 había inyectado dosis de diversos medicamentos a unos 90 pacientes.