Los mercados globales registraron este martes una caída significativa debido al aumento de las tensiones entre Rusia y Ucrania, un conflicto que cumple 1,000 días y muestra señales de recrudecimiento. Según un reporte de CNN Mundo, el Dow Jones perdió 300 puntos (0.7%), mientras que el S&P 500 y el Nasdaq 100 retrocedieron 0.5%.
El nerviosismo de los inversores responde al cambio en la doctrina nuclear de Rusia, anunciado tras la reciente autorización de Estados Unidos para que Ucrania use misiles de mayor alcance contra objetivos rusos. Este hecho marca un nuevo punto de inflexión en el conflicto.
Cambio en la doctrina nuclear
El presidente ruso, Vladimir Putin, redujo el umbral para el uso de armas nucleares en respuesta a la autorización de Washington sobre los misiles ATACMS. Apenas dos días después, Ucrania lanzó estos misiles en la región de Bryansk, dentro de Rusia, según reportó el Ministerio de Defensa ruso.
Art Hogan, estratega jefe de mercado en B. Riley Wealth Management, comentó:
"Hoy se refleja la preocupación de que, después de 1,000 días, el conflicto entre Rusia y Ucrania parece estar calentándose".
Refugios seguros: oro y bonos del Tesoro
La incertidumbre llevó a los inversores a buscar refugios seguros. El oro registró un aumento en su precio, mientras que las tasas de los bonos del Tesoro de Estados Unidos cayeron, reflejando un movimiento típico en tiempos de incertidumbre geopolítica.
Keith Lerner, estratega de Truist Advisory Services, señaló:
"Aunque el mercado esperaba la reacción de Moscú, vemos una venta modesta mientras los bonos del Tesoro y el oro reciben demanda".
Impacto en los mercados energéticos
Curiosamente, los precios del petróleo se mantuvieron estables a pesar de las tensiones. Sin embargo, los analistas advierten que un posible aumento de las hostilidades podría impactar el suministro energético, generando volatilidad en este mercado.
Perspectivas de los mercados
El incremento de tensiones y la amenaza de una escalada mayor mantienen en alerta a los mercados globales. Los inversores adoptan una postura de cautela, conscientes de que el conflicto podría tener repercusiones económicas de largo plazo.
Con la geopolítica como un factor de riesgo creciente, el panorama para los mercados financieros sigue siendo incierto, reflejando el temor de los actores económicos ante la posibilidad de un recrudecimiento del conflicto.