El récord precedente tuvo lugar el 12 de agosto de 2003, fecha en la que en el departamento meridional de Gard se llegó a los 44.1 grados, en el marco de una ola de calor que dejó cerca de 15 mil muertos.
Este nuevo episodio está considerado por las autoridades "excepcional" por su intensidad y por su precocidad para un mes de junio.
Los servicios meteorológicos franceses anunciaron este jueves la activación por primera vez en el país de una alerta roja por calor en cuatro departamentos del sureste, incluido el de Vaucluse, en el que se encuentra Carpentras, en los que podría llegarse a los 45 grados.
La ola de calor llevó este viernes a que 4 mil escuelas hayan debido cerrar o variar su funcionamiento para una acogida de los alumnos "adaptada o de urgencia", según indicó el primer ministro, Édouard Philippe.
El calor y las altas presiones han provocado igualmente que la contaminación haya alcanzado niveles elevados en muchas ciudades francesas, ante los cuales han entrado en vigor medidas de restricción circulatoria en París, Lyon, Marsella, Estrasburgo, Grenoble y Annecy.
La ministra de Sanidad, Agnès Buzyn, hizo un llamamiento este viernes para que toda la población, no solo los colectivos más vulnerables, extremen las precauciones, aunque recordó que, respecto a 2003, el país está "extremadamente bien preparado" para afrontar esta canícula.