Una mujer de nombre Kely Zerial, de 37 años, tuvo el encuentro más afortunado y bello de su vida, al hacer el bien por causas del destino. Kely se encontraba en tratamiento para ser madre, pero jamás imaginó que un suceso no muy agradable le daría esa oportunidad.
Una mañana los perros en el barrio ladraban demasiado, Kely se asomó por la ventana y escuchó los gritos de su vecina, que había encontrado a una recién nacida abandonada dentro de una bolsa de plástico en la calle.
Kely bajó de inmediato, tomó a la bebé y la vio cubierta en sangre, por lo que se alarmó demasiado, pero después la revisó y se dio cuenta que estaba bien y que posiblemente la madre acababa de dar a luz.
Después, la joven llevó a la nena al hospital, donde los doctores le dijeron que se encontraba bien y que gracias a su contribución, la niña estaría sana y salva en un albergue. Ante esto, Kely dijo a las autoridades que ella estaba dispuesta a adoptarla, pues estaba iniciando un proceso de embriones para procrear, por lo que para ella, esto era una señal divina.
“Expresé mi voluntad de adoptarlo. Lo que sentí ese día fue algo especial, muy fuerte y maternal, me conmovió. No hay forma de describir lo que sentí desde el viernes hasta el sábado. Fue todo el día corriendo entre el centro de salud, el hospital y la policía, solo paré por la noche”, cuenta Kely.
Ahora todo el proceso de adopción marcha muy bien, los abogados de la mujer están haciendo todo lo posible para que legalmente esta pequeñita tenga una familia .
A pesar de la terrible situación en las que Kely encontró a la pequeña, ella dice que no la juzga.
“Nadie sabe lo que le pasó a esta mujer, nadie conoce su desesperación. Nadie sabe si fue víctima de abuso, si fue violada, si es una adolescente. Sabemos que ciertamente estaba indefensa, en una situación de vulnerabilidad”, señala-
