El mundo de la lucha libre está de luto. Hulk Hogan, una de las figuras más emblemáticas del wrestling a nivel mundial, falleció este jueves a los 71 años de edad, según confirmó el portal TMZ. El legendario luchador, cuyo nombre real era Terry Gene Bollea, perdió la vida tras sufrir un paro cardiaco en su hogar ubicado en Clearwater, Florida.
De acuerdo con reportes, servicios de emergencia acudieron al domicilio del exluchador, donde fue trasladado en camilla a una ambulancia. La noticia conmociona al universo del entretenimiento deportivo, que reconoce en Hogan a uno de sus pilares históricos.
Aunque recientemente había sido sometido a una cirugía de espalda, y su salud era motivo de preocupación, su esposa Sky había desmentido hace semanas que se encontrara en estado crítico, como se llegó a especular.
Hogan fue el rostro de la lucha libre en los años 80 y 90, siendo el primer gran fenómeno global del wrestling. Su popularidad trascendió el cuadrilátero cuando participó en Rocky III, lo que impulsó su fama internacional y desató la era conocida como Hulkamanía. Esta etapa lo llevó a pelear en grandes arenas de Estados Unidos, México y Japón, consolidando su figura a nivel mundial.
Dentro de la WWF (hoy WWE), fue pieza clave en el nacimiento de eventos como WrestleMania, donde protagonizó memorables combates, incluido su histórico enfrentamiento con André el Gigante. Aunque su carrera se desarrolló mayormente al lado de Vince McMahon, también tuvo una etapa destacada en WCW durante los años 90, donde fue parte crucial del dominio de esa empresa en los ratings televisivos.
Ya en el nuevo milenio, también se le vio en TNA, pero siempre mantuvo su vínculo con WWE, la compañía que lo vio convertirse en ícono.
Su partida marca el cierre de una era para la lucha libre mundial. Hogan no solo fue un campeón sobre el ring, sino un símbolo cultural que definió una generación de fanáticos.