Roma. – Los problemas de sequía siguen presentándose en varias partes del mundo e Italia ya se posicionó como un país más que adolece los efectos de este problema que es propiciado por la falta de lluvias.
Y por si la escasez de precipitaciones no fuera suficiente, al menos la zona norte de Italia se encuentra enfrentando una inusual ola de calor, lo que ha ocasionado que el Consejo de Ministros haya aprobado el estado de emergencia en las regiones de Emilia-Romaña, Friul-Venecia Julia, Lombardía, Venecia y en el Piamonte hasta el 31 de diciembre.
De acuerdo con el mayor sindicato agrícola del país, Coldiretti, la sequía amenaza a más del 30 por ciento de la producción agrícola italiana, así como a la mitad de los ganados de la Llanura Padana, en donde se produce, por ejemplo, el jamón de Parma.
"El estado de emergencia tiene por objeto gestionar la situación actual con medios y poderes extraordinarios, con ayuda y asistencia a la población afectada", advirtió el gobierno.
Asimismo, reconocieron que buscan proporcionar los medios y poderes extraordinarios para garantizar que todas las intervenciones urgentes se realicen, esto para salvaguardar la seguridad pública, reparar daños y garantizar las condiciones de vida normales de la población.
Debido a lo anterior, algunas ciudades como Verona y Milán han comenzado a aplicar algunas medidas restrictivas; en el primero de los casos, decretando restricciones al uso del agua potable, mientras que, en el segundo, con el cierre de fuentes decorativas.
Ríos y lagos reflejan la crisis
El problema de sequía ha alcanzado a ciertos acuíferos en Italia, por ejemplo, los lagos Mayor y de Garda, que ya presentan niveles inferiores a los normales en este periodo del año; en tanto, el nivel del río Tíber, que cruza Roma, también está bajo.
El río Po, que es el más largo de Italia, ha sufrido la sequía en algunos de sus tramos, incluso los agricultores señalan que el caudal es tan escaso que el agua de mar ha comenzado a filtrarse, ocasionando la destrucción de cultivos.
