La Cancillería de Japón cerró temporalmente su embajada en Bagdad, capital de Irak, tras la partida de los ciudadanos japoneses que se habían refugiado en la sede diplomática.
El Ministerio de Asuntos Exteriores japonés elevó su nivel de alerta para todo el territorio iraquí e instó a los ciudadanos nipones a abandonar el país, destacó la cadena NHK.
El ministerio también elevó nivel de alerta para la capital de Irán, Teherán, y otras partes de ese país, por lo que exhortó a la población japonesa a no visitarlo por ninguna razón.
Irán disparó 22 misiles balísticos contra las base de Al-Asad y las instalaciones de Erbil en Irak en represalia por el asesinato del general iraní Qassem Soleimani en un ataque estadunidense con aviones no tripulados el 3 de enero.
Tras la ofensiva, el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, solicitó que se pusieran en marcha medidas para garantizar la seguridad de los japoneses que se encuentren en la región y dio instrucciones a funcionaros gubernamentales para que estén preparados ante cualquier tipo de emergencia. Además, se ha comprometido a realizar todos los esfuerzos diplomáticos posibles con el fin de aplacar la crisis.
Esto se produce a raíz del incremento de las tensiones en la región tras el ataque iraní con misiles a las fuerzas militares de Estados Unidos en Irak.