Este miércoles, el presidente Joe Biden dio la bienvenida al presidente electo Donald Trump en la Casa Blanca, marcando una tradición clave en la transferencia pacífica del poder en EE. UU. La reunión, que tuvo lugar en el Despacho Oval, representa un símbolo importante para la democracia estadounidense, sobre todo porque Trump se negó a participar en este ritual hace cuatro años. Aunque la reunión fue en su mayoría privada, un grupo reducido de medios pudo capturar los momentos iniciales del encuentro.
A diferencia de ocasiones anteriores, Melania Trump no acompañó a su esposo a la Casa Blanca para la reunión. Sin embargo, Jill Biden, la actual primera dama, recibió a Trump y le entregó una carta manuscrita de felicitación dirigida a Melania, en la que expresó el compromiso de su equipo en facilitar la transición. Esta interacción amistosa refuerza la importancia de la colaboración en la transición, independientemente de las diferencias políticas.
En paralelo a la reunión, el equipo de campaña de Trump envió un correo electrónico a sus seguidores titulado "Trump está dentro de la Casa Blanca", incentivándolos a completar una encuesta sobre las prioridades de su futura administración y solicitando apoyo financiero. Este tipo de recaudación sincronizada ha sido una práctica constante de su campaña.
El retorno de Trump a Washington fue espectacular, con su llegada en el jet privado conocido como Trump Force One, que aterrizó en la base aérea de Andrews, en Maryland. Este evento simboliza no solo su regreso a la capital del país, sino el inicio de un nuevo capítulo en su liderazgo.
