El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, enfrenta un panorama judicial cada vez más favorable, a pesar de los múltiples casos penales y civiles en su contra. Aunque inicialmente estos procesos parecían representar un obstáculo significativo para su carrera política, su reciente victoria en las elecciones del 5 de noviembre ha cambiado el curso de los acontecimientos.
Cuatro casos penales en el aire
Nueva York (falsificación de documentos): Trump fue declarado culpable por pagos irregulares a Stormy Daniels, pero la sentencia ha sido pospuesta indefinidamente. Esto deja abierta la posibilidad de desestimación o retraso hasta después de su mandato.
Washington, D.C. (intento de revertir elecciones de 2020): La acusación por instigar el asalto al Capitolio podría ser pausada debido a su inmunidad como presidente en funciones, reconocida por el Tribunal Supremo.
Florida (manejo indebido de documentos clasificados): Aunque se le acusa de trasladar información confidencial a su residencia en Mar-a-Lago, el fiscal especial Jack Smith ha solicitado detener una apelación, lo que podría debilitar el caso.
Georgia (interferencia electoral): Este caso enfrenta complicaciones legales y políticas, incluida la posible descalificación de la fiscal Fani Willis. Además, es improbable que proceda una vez que Trump asuma la Presidencia.
Inmunidad presidencial y su impacto judicialLa posición de Trump como presidente electo le otorga una ventaja significativa: el Departamento de Justicia establece que un mandatario en funciones no puede ser juzgado o encarcelado. Además, la inmunidad parcial otorgada por el Tribunal Supremo refuerza su defensa frente a las acusaciones.
Casos civiles y multas millonarias
En el ámbito civil, Trump enfrenta dos sentencias en Nueva York:
- Difamación contra E. Jean Carroll: Condenado a pagar 83,3 millones de dólares por haber desacreditado a la escritora que lo acusó de agresión sexual.
- Fraude empresarial: Sancionado con 175 millones de dólares por inflar el valor de sus activos. Ambos casos han sido apelados.
Un futuro incierto, pero controlado
Con su regreso a la Casa Blanca el 20 de enero, Trump podría beneficiarse de retrasos o desestimaciones en sus casos penales, consolidando su estrategia de convertir los juicios en una narrativa política. Aunque sus casos civiles continúan en marcha, su impacto es menor en comparación con los desafíos penales, que parecen cada vez más lejanos de un desenlace adverso.
La situación de Trump ejemplifica cómo el poder político y las complejidades legales pueden entrelazarse para moldear un futuro inesperado, tanto en los tribunales como en la arena política.
