Con el racismo estructural que padece Estados Unidos como parte principal de su discurso, Kamala Harris aceptó la nominación de vicepresidenta por parte de Joe Biden, en caso de ganar la elección del próximo 3 de noviembre.
Por primera vez una mujer afroamericana y de origen asiático tomó el escenario con la posibilidad de ocupar ese cargo y recordó sus orígenes. A su mamá, que llegó de India para estudiar medicina, y a su papá, que dejó Jamaica, con el sueño de estudiar economía.
En respuesta al presidente Donald Trump, quien cuestionó su nacionalidad, igual que con Barack Obama años atrás, Harris recordó que nació en Oakland, California, que por cierto, dijo, “está en Estados Unidos”.
La candidata a vicepresidencia de inmediato abordó el asunto de la pandemia de coronavirus y aunque aseguró que la enfermedad no distingue a quién ataca, si hay sectores más afectados, como los afroamericanos, los latinos y los indígenas, quienes han muerto en mayor número a consecuencia de ese racismo sistemático.
Harris también volvió a señalar al presidente Donald Trump. Consideró que ha fallado en su liderazgo y como consecuencia se han perdido miles de vidas en Estados Unidos, junto con empleos y oportunidades. También consideró que Trump convierte las tragedias en armas políticas.
Sobre Joe Biden, Harris dijo que él es la opción para que Estados Unidos tenga a un presidente que aporte algo diferente, haga el trabajo verdaderamente importante y se enfoque en unir a todos los sectores de la población.
Harris concluyó su discurso al mencionar que dentro de unos años, las próximas generaciones de hijos y nietos preguntarán a sus padres y abuelos: ¿Dónde estabas cuando había tanto en juego? Ella misma respondió: “No sólo les diremos cómo nos sentimos, sino también lo que hicimos”, refiriéndose al voto para sacar de la Casa Blanca a Donald Trump.